Las tierras que dieron origen a la provincia de Biobío, fueron las ubicadas en la antigua alta frontera hispano indígena, entre el valle central y la cordillera andina, en la llamada Isla de la Laja, delimitada entre el río Laja por el norte y Biobío por el sur, la confluencia de ambos al poniente, y los Andes al oriente. Con algunas modificaciones en su división político administrativa durante los siglos coloniales, en la república, por ley del 2 de julio de 1852, se creó la extensa provincia de Arauco, que incluía todo el territorio indígena al sur del Biobío hasta el río Toltén, con Los Ángeles como su capital. Luego, y en definitiva, el 13 de octubre de 1875, el Congreso creó la actual provincia de Biobío, separándola de dichas tierras del sur, que darían forma al territorio de colonización de Angol.

Por lo anterior, en 2025 nuestra provincia cumple 150 años, no ha sido un camino fácil de transitar, espacio fronterizo en esencia marginal, en sus primeras épocas tuvo un carácter social completamente distinto al resto del país, donde se entramó una conjunción entre militares, terratenientes, campesinos, esclavos, indígenas, colonos, una sociedad basada en una economía precaria, centrada en la ganadería, el cultivo de cereales y vides, esta condición moldeó la identidad de sus habitantes por medio de una vida fronteriza rural al resguardo de los fuertes militares, los que se convertirían en la mayoría de las ciudades de la actual provincia.

Con dificultades propias de una zona postergada y con graves problemas de conectividad, en el siglo XX la provincia empieza a estabilizarse y a emprender el vuelo. Tanto es así, que se comienzan a realizar importantes inversiones que definirían su carácter industrial, como el Canal del Laja, que revolucionó la agricultura, las hidroeléctricas, plantaciones forestales, entre otras; al mismo tiempo, Los Ángeles comenzaría a asomarse como el principal centro comercial, social y productivo. En cuanto al financiamiento de la inversión pública, cabe recordar que, a partir del proceso de regionalización iniciado en 1974, se comenzaron a asignar recursos hacia las provincias desde las capitales regionales, incluso, antes de la creación del FNDR, en 1992, las autoridades comunales y provinciales gestionaban la mayoría de la inversión en Santiago. En ese sentido, no es casualidad que parlamentarios y funcionarios públicos de gobierno con asiento en Concepción, por obligación y necesidad, recién entrado el siglo XXI, hayan comenzado a conocer la realidad y potencial de Los Ángeles y de nuestra provincia.

Sabido es que la provincia de Biobío ha experimentado un significativo desarrollo estas últimas décadas, posee una economía fértil y dinámica, y se presenta como protagonista regional, dejando atrás su pasado secundario y aislado, hoy se proyecta firme con grandes desafíos. Es momento de exponer lo paradójico que resulta ser, que hoy la provincia de Biobío, esté rodeada de los territorios con más altas tasas de pobreza en el país; por el poniente la provincia de Arauco, el extremo oriente de la provincia de Concepción, y por si fuera poco, al norte la región de Ñuble y al sur la Araucanía.

Luis Enrique Garretón

Ingeniero, divulgador histórico