En Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, es crucial abordar esta problemática que afecta al mundo entero. Según la FAO 1.300 toneladas de alimentos se pierden o desperdician anualmente en el mundo, lo que representa 1/3 de los producidos para el consumo humano. Y hay más, esto significa pérdidas de alrededor de 680 mil millones de dólares en los países industrializados y 310 mil millones en los países en desarrollo.
El desperdicio alimentario es un problema común en nuestras vidas diarias ¿Cuántas veces has tenido que desechar un plátano porque se puso negro antes de que puedas consumirlo? Es solo un ejemplo de cómo tanto la pérdida de cultivos en los campos como el desperdicio de alimentos que llegan a nuestras cocinas representan un derroche de recursos naturales y económicos.
A través de herramientas innovadoras de mejoramiento genético vegetal, puede ayudar a reducir la pérdida y desperdicio de alimentos, permitiéndonos hacer un uso más eficiente de los recursos, adaptándonos a los desafíos climáticos, fortaleciendo la seguridad alimentaria, contribuyendo así a un futuro más sostenible. Tal como afirma el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBio, una organización sin fines de lucro dedicada a informar y educar sobre biotecnología agrícola, "la biotecnología permite que se esté progresando rápidamente en la obtención de variedades de vegetales que se mantienen frescos por más tiempo y se adaptan a nuestras necesidades diarias".
El Dr. Miguel Ángel Sánchez, afirma además que "la combinación de ciencia, conciencia y acción puede marcar la diferencia en la lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos. Es relevante impulsar el uso de la biotecnología para desarrollar nuevas variedades vegetales que nos proporcionen alimentos más resistentes y duraderos, contribuyendo así a una distribución más equitativa y sostenible de los recursos alimentarios".
La biotecnología se presenta como una solución efectiva para avanzar hacia una gestión más eficaz de nuestros recursos alimentarios. Mayor eficiencia, menores costos y tiempos, diferencian estas herramientas de los enfoques que no utilizan biotecnología para desarrollar nuevas variedades vegetales. Al fortalecer la resistencia de los cultivos y mejorar su vida poscosecha, la biotecnología contribuye a la adaptación y la reducción de la pérdida de alimentos.
El Dr. Sánchez destaca "Es fundamental que el estado se comprometa en el desarrollo e incentivo de estas herramientas en el país. Por ejemplo, en Argentina, inversiones público privadas han permitido la obtención de variedades biotecnológicas de trigo tolerantes a la sequía. En Brasil, se desarrolló con fondos públicos, y se le facilitó el acceso a los pequeños agricultores, una variedad de poroto biotecnológico resistente a una devastadora enfermedad viral. En países como Canadá y EEUU ya se comercializan variedades biotecnológicas de papa y manzanas que se oxidan más lento, reduciendo el desperdicio de alimentos y las cuantiosas pérdidas económicas asociadas".
La biotecnología, está revolucionando nuestra forma de producir y consumir alimentos, brindando soluciones concretas para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. Es esencial actuar con determinación y aprovechar al máximo estas herramientas para lograr un futuro donde nuestra cadena alimentaria sea más eficiente y nuestros recursos más sostenibles.