Cartas

TEA: La diferencia no es un problema

Señora directora

Día a día, el manejo en el aula de niños y niñas con diversas condiciones de salud sale a la luz como un manejo que limita a los menores con estrategias que, a la larga, sitúan su condición de salud; sea neurodivergencia, déficit intelectual, etc; como un “problema”.

El limitar las estadías, hacer las diferencias en la situación sala o no hacerlos partícipes de ciertas asignaturas puede ser el recurso a que acceden más fácilmente los docentes y colegios que acogen a esta población.

El problema de esto radica en cómo logramos que, de acuerdo a las necesidades y potencialidades de los niños, el no tener una asignatura les permita, por ejemplo, asistir a un taller que los nutra de habilidades diversas; o que el acortamiento de su jornada sea en pro de su aprendizaje y no merme su desarrollo global.

Como sociedad debemos avanzar en que las diferencias que nuestros niños y niñas puedan presentar en su desarrollo, como es el caso del TEA, puedan ser un factor positivo en su crecimiento y aprendizaje. La empatía, el respeto y consideración de los derechos de niños y niñas es el bien mayor al que deberíamos apuntar.

Claudia Figueroa León

Académica Facultad de Ciencias de la Rehabilitación UNAB

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