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Según el documento, estas actitudes discriminatorias no solo vulneran principios universales de igualdad y derechos humanos, sino que generan exclusión, vulnerabilidad y un clima de violencia hacia los migrantes.
El Comando Con Venezuela, surgido durante las elecciones presidenciales en el país caribeño para respaldar a la líder María Corina Machado y al presidente electo Edmundo González, acusó a ciertos actores políticos y sociales de fomentar el odio y la división en lugar de promover la convivencia pacífica.
El documento alertó sobre el riesgo de que estos discursos xenofóbicos escalen hacia actos de violencia, que podrían ser catalogados incluso como crímenes de lesa humanidad.
Además, el Comando recordó que el Estado chileno tiene la obligación de proteger los derechos humanos de todas las personas bajo su jurisdicción, advirtiendo que permitir la propagación de discursos de odio podría comprometer la imagen democrática del país y conllevar responsabilidad internacional.
"Incurrir en omisiones o permitir la perpetuación de discursos de odio puede derivar en responsabilidad internacional y en la condena por violación de los derechos humanos", añadieron.
El movimiento realizó un llamado al gobierno chileno y a la sociedad en general para reforzar los valores de tolerancia, empatía y respeto a la dignidad humana. Subrayaron que los migrantes venezolanos que residen en Chile buscan un mejor futuro, escapando de condiciones extremas en su país de origen.
"Los venezolanos que residen en Chile no son enemigos ni amenazas; son personas que buscan un futuro mejor", puntualizó el comunicado.
Finalmente, la organización instó a la comunidad internacional y a los organismos defensores de derechos humanos a mantenerse vigilantes ante esta situación y a intervenir, si es necesario, para proteger a los migrantes venezolanos en Chile y en otras naciones donde puedan enfrentar discriminación.
En su mensaje de cierre, el Comando Con Venezuela reafirmó su compromiso con la defensa de los derechos humanos y con la construcción de puentes de entendimiento entre los pueblos.
"La xenofobia y el odio no tienen lugar en sociedades que aspiran a ser justas y equitativas. Reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos", concluyó el documento.
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