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La Tribuna

Familia angelina expone la indiferencia y el desamparo que sienten los pacientes del sistema público

por María Paz Rivera Arévalo

falla en sistema público / internet

Una tragedia familiar pone en evidencia las fallas del sistema de salud pública chileno, donde la indiferencia y el desamparo se suman al sufrimiento de los pacientes.

La familia de Tomás, un adolescente de 17 años, denuncia las condiciones indignas que enfrentaron durante su larga hospitalización y el desinterés de las autoridades ante la grave situación.

Producto de una pelea ajena a la familia, cambió la vida de Tomás, un joven de 17 años, el pasado 19 de septiembre. Mientras disfrutaba de una ramada con su familia, un extranjero con orden de arresto domiciliario disparó al aire, alcanzando a Tomás en la cabeza.

Desde ese día el joven pasó más de un mes en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), seguido por semanas de atención en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y finalmente en la unidad de Neurocirugía. Su tía describe con indignación las condiciones precarias que encontró en el hospital, mencionando desde la falta de privacidad hasta la insalubridad del ambiente.

"La sala estaba llena de cortinas malas, el paciente no tenía derecho ni a ver el cielo. Al abrir la ventana, la vista era un panorama de suciedad y desorden, con restos de palomas y moscas. A Tomás le cambiaban los pañales solo cuando pedíamos ayuda, como si fuera un favor", describió Criss Garena Carcamo Yañez por medio de su Instagram , plataforma donde informó lo que estaban viviendo como familia.

La denuncia también apunta a la falta de compromiso de los profesionales de la salud. La tía de Tomás, visiblemente molesta, criticó la falta de vocación de los kinesiólogos y de otros trabajadores de la salud. "No se ve esfuerzo ni dedicación. Los kinesiólogos simplemente no cumplen con su labor. Son flojos, no tienen vocación", expresó.

El sufrimiento no terminó con el alta de Tomás. A pesar de ser un paciente postrado, su familia recibió solo un colchón antiescara como herramienta para su rehabilitación, y la situación de su recuperación no mejoró. "A Tomás, para comer, tenemos que sentarlo en un ángulo de 60 grados, y de su rehabilitación ni hablar. Está en lista de espera.", subraya la tía.

Con un corazón lleno de impotencia pero también de esperanza, esta tía hace un llamado a las autoridades a "darse una vuelta" por las instalaciones del hospital para conocer la realidad que viven muchas familias de la provincia.

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