Pese a la baja temperatura de la mañana, un gran número de personas se reunió para participar la actividad organizada por la Fundación VITA, cuyo objetivo fue visibilizar a las personas autistas y promover su plena integración en la sociedad.
Al respecto, Bárbara Oliva, Directora de Fundación Vita conversó con Diario La Tribuna y en su discurso inaugural, destacó la importancia de erradicar la desinformación que aún persiste sobre el autismo, y que por lo mismo distintas entidades privadas y públicas se unieron para marchar por ese objetivo.
Asimismo, dio a conocer que como agrupación están trabajando desde el año pasado en la realización de distintas actividades, talleres, y convocatorias que aporten en el trabajo de educar a la comunidad en la inclusión de las personas neurodivergentes.
"Estamos trabajando desde agosto del año pasado. Hemos tenido la oportunidad de realizar distintas actividades en congreso que el primer congreso autismo y neurodiversidad. Se realizó el año pasado en diciembre y tuvimos una muy alta convocatoria".
Sin embargo, pese a los avances que han logrado en términos sociales y de inclusión, Oliva sostuvo que aún hay mucho por hacer en la brecha que existe entre las posibilidades de tratamientos médicos para las personas de distintos estratos económicos.
En ese mismo sentido, Ruth Lavín, madre de dos niños con autismo, quien compartió su experiencia personal señaló que, "ser padre de un niño autista es un reto constante. La soledad, el desconocimiento y la falta de apoyo son barreras que enfrentamos a diario. Es por eso que creamos espacios como este, para que los padres no se sientan solos", relató Lavín, quien también forma parte de un grupo de apoyo para cuidadores de niños autistas.
Lavín enfatizó que muchas veces los padres se ven enfrentados a prejuicios y malentendidos sobre el comportamiento de sus hijos, lo que genera un aislamiento social doloroso. "La empatía y la educación son esenciales para que la sociedad entienda que el autismo no es una enfermedad ni una anomalía, sino una forma de ser. Necesitamos más espacios educativos y mayor sensibilización", añadió.
La marcha, que partió desde la Plaza de Armas de la ciudad a las 10:30 de la mañana, convocó a un público diverso: instituciones, familias, educadores, empresarios, y representantes de la salud, quienes marcharon juntos en un acto simbólico de unidad.
Con pancartas, banderas y mensajes de apoyo, los asistentes recorrieron las principales calles del centro de Los Ángeles, alzando la voz para exigir el respeto y la inclusión de las personas neurodivergentes en todos los aspectos de la vida cotidiana.
El evento también sirvió como plataforma para abordar los desafíos que aún persisten en la provincia del Biobío en términos de inclusión social para las personas con autismo y así también sus cuidadores.
En este contexto, distintas fundaciones y agrupaciones que participaron de la actividad, trabajan en la creación de espacios terapéuticos y grupos de apoyo tanto para personas dentro del espectro autista como para aquellos con otras neurodivergencias buscan acercar a la comunidad recursos y herramientas que favorezcan una integración real.
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