Cultura

La Tirana, la fiesta más popular del norte de Chile, vuelve tras la pandemia

Las autoridades locales prevén la llegada hasta el próximo jueves de hasta 250.000 personas.

La Tirana, EFE
La Tirana / FUENTE: EFE

AGENCIA EFE

Las calles del pequeño pueblo de La Tirana, en el norte de Chile, vuelven estos días a inundarse de color, danza, canto y oración con el regreso de una de las fiesta andinas más populares tras tres años suspendida por la pandemia.

De orígenes coloniales, la festividad en honor de la Virgen del Carmen convoca desde hace décadas una muchedumbre de fieles que provienen no solo de la región de Tarapacá, sino también de otras zonas del país e incluso de Bolivia y Perú.

Las autoridades locales prevén la llegada hasta el próximo jueves de hasta 250.000 personas a un pueblo de 800 habitantes, que durante 10 días colapsa y que vive su punto álgido el 16 de julio.

"Esta festividad es algo muy arraigado en los chilenos del norte. La adoración a la Virgen del Carmen es un sentimiento difícil de explicar", reconoció a EFE Jael Montero, de 23 años.

"En esta fiesta se viene a agradecer y a impregnarse de todo este colorido y ambiente (...) Para mí es como la celebración de Año Nuevo", explicó por su parte a EFE Darío Nicodemi, un santiaguino que lleva acudiendo a esta fiesta norteña desde 2008.

DANZA Y TRADICIONES

Promeseros, cuyacas, gitanos o chunchos son solo algunos de los 200 tipos de baile que durante meses ensayan las distintas cofradías de danza que desfilan por La Tirana, que recuerdan a sus vecinas bolivianas y cuyos componentes usan llamativos trajes, cascabeles en los pies o máscaras de diablos con luces.

"Yo danzo con pasión, amor y fe. Cuando me pongo el traje me transformo, no soy Angy sino que la flaca" afirmó a EFE Angely Olmos, de 40 años y quien lleva siete bailando como diabla suelta roja "Lo que me llena es que se acerque la gente.  Hay quien te pide que reces por ellos, otros te regalan amuletos para que los pongas en el traje", aseguró por su parte a EFE Pablo Ilche, mientras señalaba unas cintas amarillas que colgaban de su espalda y que le entregó un grupo de personas enfermas.

Según cuenta la tradición, la fiesta tendría su origen en una leyenda del siglo XVI, cuando Diego de Almagro salió del Cuzco a conquistar Chile, en compañía de un príncipe inca y su joven hija, Ñusta Huillac.

Luego de que su padre fuera asesinado, Ñusta consiguió escapar e inició una rebelión con la que se ganó el apodo de "La Tirana del Tamarugal" por su crueldad.

La princesa inca, sin embargo, se enamoró de un prisionero minero y terminó convirtiéndose al catolicismo, lo que desató la furia de sus guerreros, quienes la acusaron de traición y la mataron disparándole varias flechas.

La festividad adquirió un nuevo carácter a fines del siglo XIX, con ocasión de la Guerra del Pacífico (1879-1884) y la incorporación del territorio tarapaqueño a Chile.

La fuerte migración desde la zona central del país a los territorios salitreros le dio una dimensión más masiva y se convirtió en un referente para la religiosidad de los obreros del salitre.




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