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Un 53% de avance llevan las obras de ensanchamiento de la caja del estero Quilque, en el sector poniente de la ciudad de Los Ángeles, cuya inversión supera los mil 200 millones de pesos.
Se trata de una de las primeras etapas de la intervención de gran envergadura sobre el curso fluvial que atraviesa la capital de la provincia de Biobío de oriente a poniente, con el fin de evitar las periódicas inundaciones en su paso por el área urbana.
La última de las emergencias ocurrió en julio de 2006 cuando el desborde del estero Quilque ocasionó millonarias pérdidas en los locales y establecimientos comerciales del centro de la ciudad.
La obra se inserta dentro del Plan Maestro de Aguas Lluvia para prevenir las consecuencias desastrosas de los desbordes, cuya inversión global supera los 42 mil millones de pesos, de los cuales más de 7 mil 500 millones corresponden a expropiaciones.
El tramo a intervenir en el estero Quilque tiene una extensión de tramo de 9,2 kilómetros, que comienzan al oriente de la avenida Las Industrias (ex Ruta Cinco Sur) y terminan al poniente de la Ruta Cinco Sur.
La inversión corresponde a la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) del Ministerio de Obras Públicas (MOP), mientras que el ensanche de la caja del estero es ejecutada directamente por la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH).
Hugo Cautivo, seremi de Obras Públicas del Biobío, destacó que ese tipo de faenas permitirá dar fluidez hidráulica a las aguas del estero Quilque frente a las lluvias del inverno.
La autoridad relevó las obras de mayor envergadura que vienen a continuación en materia de aguas lluvia que "significarán mayor seguridad para las persones y a las comunidades aledañas al estero Quilque".
Uno de los elementos más llamativos del Plan Maestro de Aguas Lluvia es la construcción de una laguna de regulación en el costado oriente de la avenida Las Industrias, cuyo propósito es que en las jornadas de lluvias intensas, el agua se pueda acumular y así regular su evacuación.
El curso fluvial cumple la función de evacuar cerca del 50% de la demanda de aguas lluvia de la ciudad de Los Ángeles, razón por la cual se diseñó una opción que controle sus crecidas violentas y evitar las consecuencias negativas por los desbordes, sobre todo en el área céntrica de la ciudad.
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