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Un reciente descubrimiento en el desierto de Nazca, en Perú, ha revelado 303 nuevos geoglifos, gracias a la utilización de inteligencia artificial (IA).
Este avance, liderado por el científico Masato Sakai de la Universidad de Yamagata, podría cambiar la historia y nuestra comprensión sobre las culturas antiguas que habitaron esta región hace más de 2.000 años.
En pocos meses, la IA ha permitido descubrir casi tantos geoglifos como los identificados durante el último siglo, ofreciendo nuevas pistas sobre el propósito de estas enigmáticas figuras.
El desierto de Nazca, conocido por sus condiciones climáticas únicas, ha sido un escenario perfecto para la conservación de los geoglifos. Con una extensión de 500 kilómetros cuadrados, el clima extremadamente seco, la ausencia de lluvias y viento han permitido que las líneas y figuras se mantengan visibles a lo largo de los siglos.
Los antiguos habitantes creaban estas figuras al remover la capa superficial de piedras rojizas del suelo, revelando una capa amarillenta que contrastaba con el entorno.
Los geoglifos descubiertos hasta ahora se dividen en dos categorías:
● Figuras geométricas y líneas rectas: Estas son de mayor tamaño, algunas con varios kilómetros de largo y otras con un tamaño promedio de 90 metros.
● Geoglifos de tipo relieve: Más pequeños y detallados, presentan figuras humanas y animales modificados.
Los nuevos geoglifos identificados por la IA son todos de tipo relieve, y su análisis ha permitido diferenciar entre estos dos grupos, mostrando nuevas perspectivas sobre su función, permitiendo avanzar en su estudio y conservación como monumentos, según expertos.
El sistema de inteligencia artificial desarrollado por IBM ha sido crucial para este avance, procesando imágenes de alta resolución obtenidas desde aviones y satélites. El análisis manual de estas imágenes habría tomado años, pero la IA logró identificar más de mil posibles figuras en cuestión de meses.
De estas, los arqueólogos han confirmado 303 nuevos geoglifos. Según Sakai, la IA aceleró el proceso de descubrimiento, permitiendo a los investigadores explorar áreas previamente inexploradas del desierto.
El hallazgo de más figuras ha permitido a los investigadores detectar patrones y posibles funciones de los geoglifos. Las figuras más grandes representan animales y plantas silvestres, mientras que los geoglifos de tipo relieve muestran mayormente figuras humanas, animales domesticados y escenas de sacrificios humanos, como cabezas decapitadas. Estas figuras probablemente estaban vinculadas a rituales religiosos o ceremoniales.
Además, la ubicación de los geoglifos ofrece pistas sobre su uso. Los geoglifos de tipo relieve suelen encontrarse cerca de senderos, lo que sugiere que estaban diseñados para ser vistos por quienes transitaban por esos caminos. En cambio, las grandes líneas geométricas parecen haber estado relacionadas con rutas ceremoniales hacia el centro espiritual de Cahuachi, un importante sitio para la cultura Nazca.
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