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Veteranos del Beagle: Testimonios de los soldados angelinos que se prepararon para defender Chile

Los relatos de soldados conscriptos de Los Ángeles revelan los sacrificios y la preparación para una guerra que nunca ocurrió, en medio de una crisis diplomática entre Chile y Argentina.

Los soldados chilenos – ahora Veteranos del 78 - en una posición de combate en Bahía Azul. Entre ellos, Edgardo Muñoz Aguilera y Viterbo Seguel., Cedida
Los soldados chilenos – ahora Veteranos del 78 - en una posición de combate en Bahía Azul. Entre ellos, Edgardo Muñoz Aguilera y Viterbo Seguel. / FUENTE: Cedida

"Cuando ingresamos al servicio militar, no teníamos idea de lo que estaba pasando en el país", recuerda el ex soldado conscripto Víctor Hernández Mella, quien junto a otros jóvenes de la zona de Los Ángeles fue parte del contingente movilizado al extremo sur de Chile en el contexto de la crisis del canal Beagle en 1978 que estuvo ad portas de una guerra con Argentina.

La incertidumbre, el entrenamiento extenuante y el silencioso traslado hacia zonas australes quedaron grabados en la memoria de quienes vivieron esos días, recuerdos que fueron recopilados por el suboficial del Destacamento de Montaña N° 17 "Los Ángeles", Alejandro Leiva Cáceres. 

Erwin Poblete Sánchez, presidente de la Agrupación de Veteranos del 78 de Los Ángeles, relata con emoción ese tiempo: "El 21 de octubre nos dijeron que nos despidiéramos de nuestras familias porque seríamos trasladados. Al volver al cuartel, el teniente Iván Valdez nos explicó la gravedad de la situación". Esa misma noche, los soldados partieron en buses hacia el Regimiento Chacabuco en Concepción, desde donde fueron enviados a la zona de conflicto en el sur. 

Para Carlos Muñoz Flores, quien con 19 años fue embarcado hacia Tierra del Fuego, el viaje fue una experiencia inolvidable. "Sentíamos angustia por no saber si regresaríamos a casa, pero habíamos sido bien entrenados y sabíamos cuál era nuestro deber", relata. Los soldados llegaron finalmente a Bahía Azul, donde prepararon posiciones defensivas en medio de un clima de tensión extrema. 

CRISIS DEL CANAL BEAGLE

El conflicto entre Chile y Argentina por las islas Nueva, Picton y Lennox, en el canal Beagle, se intensificó tras el laudo arbitral de 1978, en el que la corona británica reafirmó la soberanía chilena sobre estas islas y el mar circundante. Aunque Chile aceptó el veredicto, Argentina lo declaró "insanablemente nulo", aumentando la tensión entre ambos países. 

La historia del conflicto no era nueva. En 1957, una escaramuza en el islote Snipe había enfrentado a ambas naciones cuando Argentina instaló un faro en territorio chileno. En aquella ocasión, el Presidente Carlos Ibáñez del Campo ordenó a la escuadra chilena retirar a las tropas argentinas, evitando una confrontación mayor. 

En 1978, las negociaciones diplomáticas fracasaron en los encuentros de El Plumerillo y Puerto Montt, donde las palabras de afecto entre los Jefes de Estado de ambos países contrastaban con la preparación militar en curso.

Mientras Argentina realizaba movilizaciones masivas transmitidas por radio y televisión, Chile optó por un despliegue discreto y hermético, enviando tropas de noche y con absoluta reserva, recuerda el suboficial Leiva. 

PREPARATIVOS EN DESVENTAJA

El escenario era complejo para Chile. La "Enmienda Kennedy", que limitaba la compra de armamento, dejaba al ejército y la fuerza aérea chilena en desventaja frente a un vecino con más recursos y personal. Argentina contaba con 135.000 soldados, mientras Chile apenas alcanzaba los 80.000. En el norte, el refuerzo de campos minados buscaba contener una posible intervención de Perú, que había incrementado su poder militar. 

Pese a estas limitaciones, la armada chilena, modernizada durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, representaba un factor disuasivo clave. Las fragatas Lynch y Condell, junto a los submarinos, equilibraban la balanza en el mar, reduciendo la probabilidad de un ataque directo. 

LA INTERVENCIÓN DIPLOMÁTICA Y EL FIN DE LA CRISIS

Cuando la guerra parecía inevitable, la mediación del papa Juan Pablo II y el trabajo del canciller Hernán Cubillos Sallato detuvieron la "Operación Soberanía", planificada por Argentina para el 22 de diciembre de 1978. El acuerdo evitó una guerra que habría tenido consecuencias devastadoras para el cono sur de América. 

Hoy, los veteranos del 78 de Los Ángeles rememoran esta experiencia como un hito en sus vidas. Erwin Poblete destaca la camaradería y el amor por Chile que los une hasta el día de hoy: "Mientras quede uno de ustedes vivo, las islas seguirán siendo chilenas", era la consigna que guiaba sus corazones en aquellos días de incertidumbre. Afortunadamente, la guerra nunca llegó, pero las memorias de esos tiempos - recopiladas por el suboficial Alejandro Leiva - permanecen imborrables.




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