Desarrollo

Gondolero de la laguna Esmeralda espera contar con un embarcadero para retomar paseos

Marcelino Quezada espera reunirse con el alcalde José Pérez para conseguir la habilitación de una estructura que le permita funcionar con su góndola sin problemas y ser un atractivo para las tardes de verano.

Marcelino Quezada en su góndola por la laguna Esmeralda., Cedida
Marcelino Quezada en su góndola por la laguna Esmeralda. / FUENTE: Cedida

A una cuadra de la laguna Esmeralda, en el taller de un amigo, la góndola de Marcelino Quezada solo acumula polvo. ¿Recuerda la embarcación que hace justo un año desataba el furor en las redes sociales cuando surcaba las aguas del curso fluvial situado en el radio céntrico de la ciudad? Era como si la postal de los famosos canales venecianos se hubiese trasladado hasta esta parte del sur del mundo.

Pero no solo era la góndola. Marcelino Quezada aportaba a la magia con atuendo propio de la ocasión: un vistoso sobrero canotier, una polera a rayas rojas horizontales y el correspondiente remo para darle empuje y dirección a la embarcación. Un gondolero en forma y fondo.

La idea surgió cuando el emprendedor vio por televisión cómo una góndola se deslizaba plácidamente por un canal habilitado en una calle paralela a la plaza de armas de la ciudad Penco, en la provincia de Concepción. Eso fue el punto de partida para plantearse la idea de replicar el concepto pero en la laguna Esmeralda.

Después se puso manos a la obra para construirse la embarcación y tener las autorizaciones de funcionar en ese lugar de la ciudad. Después de superar esos obstáculos, en diciembre del año pasado apareció Marcelino y su góndola en la laguna Esmeralda. Fue sensación.

Sin embargo, ahora - tal cual como sucedió hace un año - en el lugar no hay un muelle para que pueda botar su embarcación o sacarla del agua. Hacerlo es un proceso muy trabajoso y complejo que incluso ocasionó que su góndola (hecha de fibra de vidrio) se golpeara y se estropeara, y debiera hacerse cargo de la reparación. También que un pasajero pueda caer al agua al hacer la maniobra de ascenso o descenso. 

Aunque durante varias décadas, la Laguna Esmeralda tuvo un pequeño muelle debido a los botes de madera que hubo en épocas anteriores, con los años, esa estructura simplemente desapareció.

Marcelino Quezada incluso dice estar dispuesto a confeccionar él mismo ese embarcadero para así prestar un buen servicio con su góndola a sus eventuales pasajeros. Ya lo propuso en varias ocasiones al municipio, pero no tuvo respuesta.

Por la misma razón, está realizando contactos para dialogar con el alcalde José Pérez Arriagada, que acaba de asumir al frente de la casa edilicia, de manera de contarle sobre su proyecto y lo que necesita para que pueda operar en buenas condiciones y convertirse en una novedosa atracción para las calurosas tardes de verano en Los Ángeles.




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