Editorial

El sueño inconcluso del "padre Félix"

El sacerdote belga falleció a los 88 años dejando un importante legado. Ahora, y en retribución a su obra, la comunidad de Laja trabaja para cumplir el sueño que quedó pendiente, la construcción de la mayor casa de acogida para adultos mayores de la región.

Este lunes 20 de junio, se cumplirá un año y medio del fallecimiento del sacerdote belga, Félix Eicher Bongartz, quien se convirtió en una de las personas que más marcó a la comuna de Laja en los últimos cincuenta años.

Al paso de los años, hay sueños que están próximos a consolidarse, como la inauguración de una nueva capilla, -de las muchas que en vida inauguró- pero en esta ocasión en el sector de La Guide, a la altura del KM 8 de la ruta Q-90, en el acceso norte a la comuna por el camino Puente Perales. El nuevo lugar de oración, se llamará “San Pedro Apóstol”, del sacerdote Belga, en relación a su primer nombre. 

Otros sueños están inconclusos. El más emblemático: la construcción de una Casa de Acogida para Adultos Mayores, que aspira a convertirse en la más grande respecto de su capacidad en la región de Bío Bío, en una iniciativa que avanza de la mano de la agrupación que lidera Verónica Torres y el asesor, Juan Carlos Cea, entidad que busca ser una Fundación sin fines de lucro, a la que ya asignaron un nombre “Vida y Esperanza”.

El anhelado hogar, forma parte de un proyecto integral, que también considera la creación de una granja agrícola que –según proponen los lajinos- podría habilitarse en la villa Rosario, junto a la laguna La Señoraza, en un terreno que en vida, cedió un reconocido empresario del transporte camionero, muy cercano al padre Félix. Todo con la idea de generar actividades para los abuelos y que compartan en un ambiente en que también se desarrollen.

El párroco emérito de la comuna de Laja, padreFélix Pedro Eicher Bongartz dejó profundas huellas en la comunidad.

El curita “gringo”, como algunos le nombraban en sus primeros años, asumió como párroco el día 2 de agosto de 1961, y continuó de forma incesante por más de 47 años a la cabeza de la parroquia, luego de llegar a Chile a los 35 años, como voluntario.

Su trabajo siempre fue reconocido y la comuna que tanto quiso, le devolvió de cierta forma su entrega, nombrándolo Hijo Ilustre, Patrimonio de la Comuna y una extensa calle, paso obligado de muchos, lleva su nombre.

Fue defensor de los derechos humanos y de los más débiles y pobres. Por eso el homenaje de un pueblo que lo despidió en multitud, hace exactamente 18 meses.

En su mausoleo, en el Cementerio Municipal de Laja, nunca faltan las visitas ni menos las flores frescas de una comunidad agradecida que está empeñada en cumplir los sueños que quedaron plasmados en cada uno de los rincones de la comuna, que recuerdan al Padre Félix por su nobleza y carisma.

De origen belga, aunque nacionalizado chileno a partir de 1970, el padre Félix, fue el fundador la parroquia Cristo Rey, y luego impulsor de la creación de otros lugares de oración y de reunión.

El recordado padre Félix, falleció la madrugada del sábado 20 de diciembre del 2014, a los 88 años. En la comuna, su deceso provocó profundo impacto y durante tres días se mantuvo “duelo comunal”. Los habitantes le dieron un multitudinario adiós y ahora buscan mantener vivo su legado.

 

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