Vacunación contra la Influenza

Con la llegada del otoño, los vientos cambian y las temperaturas comienzan paulatinamente a descender en el territorio nacional. Ya se ha comenzado a sentir hacer un par de semanas, anunciándose incluso lluvias en los próximos días.

Este cambio estacional no solo trae consigo un espectáculo del cambio de colores en las hojas de los árboles, sino también un aumento en el riesgo de contagio de enfermedades respiratorias, una de las cuales es la influenza. En este escenario, es imperativo dirigir nuestra atención hacia una acción fundamental: la vacunación contra la influenza, especialmente entre los grupos de riesgo.

La influenza, a menudo subestimada, es una enfermedad que puede llevar a complicaciones severas e incluso a la muerte, especialmente entre aquellos con sistemas inmunológicos debilitados o condiciones médicas preexistentes. En este contexto, los grupos de riesgo, que incluyen a los adultos mayores, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con ciertas condiciones médicas, se encuentran en una posición especialmente vulnerable.

En Chile, la vacunación contra la influenza es una medida preventiva clave que no solo protege a los individuos, sino que también contribuye a la salud pública en general. Al reducir la propagación del virus, se minimiza la carga sobre el sistema de salud y se evitan hospitalizaciones innecesarias. Además, al mantener a las personas saludables, se promueve la continuidad de las actividades cotidianas, desde la asistencia laboral hasta la participación en la educación y la vida social.

Es importante reconocer que la vacunación contra la influenza es segura y efectiva. Los años de investigación y desarrollo han demostrado consistentemente su capacidad para prevenir enfermedades graves y salvar vidas. Sin embargo, su efectividad depende en gran medida de la cobertura de vacunación, especialmente entre aquellos que corren un mayor riesgo. El año pasado hubo una caída importante en el porcentaje de la población inoculada, lo que trae un riesgo para la salud general de la población.

En este sentido, es crucial que el Ministerio de Salud, los profesionales del área y la sociedad en su conjunto trabajen en colaboración para promover la vacunación contra la influenza y garantizar su acceso equitativo. Esto implica no solo ofrecer vacunas de manera gratuita y accesible, sino también educar a la población sobre la importancia de vacunarse y desmitificar cualquier preocupación o duda que puedan surgir.

Como individuos, también tenemos un papel que desempeñar en la protección de nuestra propia salud y la de quienes nos rodean. Vacunarse contra la influenza no solo es un acto de autocuidado, sino también un acto de solidaridad hacia los más vulnerables en nuestra sociedad.

A medida que nos adentramos en la temporada de otoño y nos preparamos para enfrentar los desafíos que trae consigo, hagamos de la vacunación contra la influenza una prioridad. Protejamos a nuestros seres queridos, a nuestros vecinos y a nosotros mismos. Juntos, podemos construir un entorno más saludable y resistente frente a las enfermedades que amenazan nuestra comunidad.