Editorial

Condena a Llaitul

Héctor Llaitul, rrss
Héctor Llaitul / FUENTE: rrss

Durante más de dos décadas, el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, reivindicó a todo aquel que lo quisiera escuchar que el camino de la fuerza era una condición ineludible para conseguir autonomía territorial en una zona comprendida mayormente entre las provincias de Arauco (Región del Biobío), Malleco y Cautín (en la Región de la Araucanía).

En estos más de 20 años, los incendios y ataques a balazos contra camiones de empresas forestales fueron parte de una constante en ese vasto territorio, los cuales eran reivindicados por lienzos y comunicados divulgados en sitio web afines.

Las primeras acciones de sabotaje perpetradas por la CAM partieron en 1997, en pleno retorno a la democracia, en que el uso de la violencia política fue validado por esa organización como táctica para sus reivindicaciones.

Pese al abierto reconocimiento a la autoría de los hechos, la fiscalía debió emplearse a fondo para reunir las pruebas y evidencias en contra de Llaitul, incluidas varias horas de llamadas telefónicas interceptadas.

Al cabo, la justicia lo halló culpable en los delitos de incitación y apología a la violencia, usurpación violenta, hurto de madera y atentado a la autoridad. En total, 23 años de presidio.

Con el encarcelamiento de su líder y fundador, ciertamente que se marca un nuevo hito en la historia del conflicto que representa una "derrota simbólica" a la vía insurgente dentro del movimiento mapuche en el país, que desechaba cualquier camino de diálogo. Con las armas de la democracia y el estado de derecho, se ha condenado al responsable de instigar las acciones violentas y que, a la larga, solo ha servido para estigmatizar a las comunidades mapuches.

La propia ministra del Interior, Carolina Tohá destacó que el Gobierno, además de combatir la violencia en el sur, está "buscando caminos para resolver los conflictos que la zona arrastra hace siglos. Nada de lo sucedido aquí es casualidad, todo es producto de un refuerzo de la acción estatal (...) La CAM ha cumplido en este conflicto un papel emblemático porque fue quizás la primera organización en tomar la violencia como vía (...), esperamos que esta condena ayude a dejar atrás esa etapa".

Pese a la condena contra uno de sus principales líderes de la CAM, en la mirada de las policías están están otras organizaciones con tendencias incluso más radicalizadas, como la Weichán Auka Mapu (WAM), a la Resistencia Mapuche Malleco (RMM) o articulaciones similares, con las cuales Llaitul competía por el dominio territorial y operativo en las zonas de conflicto.

No se debe olvidar que ese tipo de episodios violentos, más los relacionados al narcotráfico y a las mafias dedicadas al robo de madera, fueron causantes que en las provincias de Biobío y Arauco y en la Región de la Araucanía, desde mayo de 2022 rija un estado de excepción constitucional, el cual es ratificado cada mes por el Congreso con el despliegue de efectivos de las Fuerzas Armadas que complementan la presencia policial.

Al cabo, con la fuerza del estado de derecho, se está dando la señal que la violencia no es - ni será - el camino de resolver las situaciones de conflicto, cualquiera que éstas sean. Para eso existe el camino el diálogo, el entendimiento y la búsqueda de acuerdos-.

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