En el contexto de las festividades patrias de septiembre, nuestra provincia enfrenta una preocupante situación que golpea tanto la economía local como la seguridad alimentaria.
Se trata de la venta ilegal de carne, ya que en lo que va del mes se han decomisado en la región más de 1.700 kilos de este producto, de los cuales más de 1.000 kilos corresponden a la provincia de Biobío. Esta cifra no solo refleja un problema sanitario vinculado a la cadena de distribución, sino que también tiene relación con un preocupante aumento en el robo de ganado.
El delegado provincial de la Seremi de Salud, Cristóbal Vidal, ha señalado que las fiscalizaciones se han intensificado para garantizar la seguridad alimentaria en un contexto de alta demanda de este producto. Es bueno que así sea. Sin embargo, la magnitud del problema sugiere que las medidas actuales no son suficientes y se deben seguir complementando para una respuesta más efectiva frente a la situación.
En particular, el robo de ganado ha alcanzado niveles sin precedentes en 2024, afectando gravemente a los ganaderos locales y exponiendo a la población a riesgos sanitarios. A ello se suma la evasión de impuestos y la competencia desleal con las carnicerías legalmente establecidas y que siguen todos los protocolos. Un hecho con ribetes insólitos correspondió al robo ocurrido en el matadero de Mulchén, a un costado de la Ruta 5 Sur, en que desconocidos sustrajeron 15 vacunos faenados en un camión frigorífico, además del equipamiento para despostar.
Por eso, es crucial que esta semana se refuercen las fiscalizaciones en puntos de distribución y venta clandestinos, así como se incremente la vigilancia en rutas interurbanas. En esa línea, Francisco Muñoz, representante de la ONG Campo Seguro, ha solicitado un equipo especializado para investigar los delitos rurales, y esta petición debe ser considerada de manera prioritaria. Además, se requiere una mayor coordinación entre las autoridades, fiscalía y policías, para combatir eficazmente el abigeato.
El llamado es a las autoridades de la Región del Biobío, para que intensifiquen las acciones contra el robo de ganado y la venta ilegal de carne. La seguridad alimentaria y la estabilidad económica de los ganaderos están en juego y aquello es especialmente inquietante cuando se trata de pequeños productores cuyos ingresos dependen principalmente de la venta de estos animales.
En el inicio de las fiestas patrias es momento de actuar con decisión y garantizar que estas festividades no se sigan empañando por estos delitos.