Responsabilidad y compromiso

La reciente configuración política en las 14 comunas de la provincia de Biobío es una oportunidad clave para que los nuevos y reelectos alcaldes asuman con responsabilidad y visión el liderazgo de sus comunidades. A partir del 6 de diciembre, estos representantes, tanto quienes asumen por primera vez como quienes continúan su labor, deben demostrar que están a la altura de las demandas y expectativas de los ciudadanos que confiaron en ellos para los próximos cuatro años.

En varias comunas, figuras que marcaron un hito en el liderazgo local darán paso a nuevas gestiones. Félix Vita en Alto Biobío, quien vuelve a la alcaldía tras una pausa, deberá usar su experiencia previa para enfrentar una realidad que ha cambiado desde su último mandato. Otros nombres, como José Pérez Arriagada en Los Ángeles o Yusef Sabag en Cabrero, llegan con propuestas que deberán concretarse en beneficios tangibles para sus comunidades. Cada uno de ellos tiene la responsabilidad de honrar el voto recibido con políticas que respondan a los desafíos y las oportunidades de sus respectivas comunas.

Sin embargo, este llamado también incluye a quienes han sido reelectos. Los alcaldes que continúan en sus cargos, como Carlos Toloza en Nacimiento y Rabindranath Acuña en San Rosendo, deben entender que su reelección implica más que seguir adelante: significa innovar, responder a nuevas necesidades y elevar sus estándares de gestión. Jaime Veloso, en Tucapel, recibió un respaldo significativo del 74,29 %; su desafío es ahora demostrar que esa confianza fue bien depositada, superando las expectativas de sus electores.

Hoy, el liderazgo comunal requiere más que administración de recursos y ejecución de proyectos; demanda escuchar, adaptarse y actuar con transparencia. Cada comuna tiene necesidades específicas, y los ciudadanos esperan una gestión honesta y cercana. Claudio Solar en Quilleco, por ejemplo, deberá ganarse la confianza de una comunidad que busca un liderazgo renovado y eficiente. Su papel, al igual que el de los otros alcaldes entrantes, no debe limitarse a la continuidad, sino a la mejora constante.

En este nuevo ciclo, la fiscalización ciudadana jugará un rol central. La política local no puede ser vista solo como una tarea administrativa, sino como una labor que define la calidad de vida, la protección del entorno y el futuro de las comunas. Las decisiones que tomen estos líderes serán evaluadas de cerca, y los ciudadanos ya no son espectadores pasivos: buscan resultados concretos y sostenibles.

Los nuevos y reelectos alcaldes tienen ante sí la oportunidad de transformar sus comunas, enfrentando cada desafío como una ocasión para construir y dejar un legado positivo. En sus manos está la posibilidad de hacer una diferencia real en las vidas de sus habitantes. Ahora más que nunca, el liderazgo comunal exige dedicación, transparencia y compromiso con el bien común.