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La comunidad pewenche de Callaqui, en Alto Biobío, a través del Centro de padres, madres y apoderados de la Escuela G-1183, exigió que las autoridades gubernamentales entreguen una respuesta urgente a la crisis educativa causada por la demora en la reconstrucción del establecimiento educativo.
El recinto, que funcionaba como escuela-internado, fue arrasado por las llamas en un incendio ocurrido el 2 de junio de 2018, es decir, hace más de seis años.
Desde entonces, los estudiantes han asistido a clases en containers habilitados como escuela de emergencia, a la espera de un establecimiento definitivo.
Durante estos años, de acuerdo a los denunciantes, se han generado condiciones de hacinamiento que dificultan el desarrollo de una educación de calidad.
Es por ello que la comunidad, a través de una declaración, advirtió también sobre la falta de espacios adecuados para la atención de apoderados, biblioteca, sala de computación, y otros servicios esenciales.
A raíz de esta situación, en la mañana de este lunes 7 de octubre, un grupo de padres y apoderados decidió manifestarse en las afueras de la escuela de Callaqui (que dista a cinco kilómetros del lugar), cortando la ruta a los automóviles que transitaban desde y hacia la localidad de Ralco, y mostrando carteles y letreros en las expresaban su descontento.
El presidente del centro general de padres y apoderados de la escuela, Cristofer Piñaleo, reclamó por la "excesiva burocracia" que ha dilatado la materialización de un nuevo recinto educacional.
"Hoy en día los niños se encuentran en contenedores donde han pasado mucho frío por invierno y por verano demasiado calor. Esas son las condiciones. Imagínense los días de lluvia, el patio inundado, mucho barro. Esas son las grandes condiciones que están sufriendo nuestros alumnos hoy en día", reclamó.
A través del comunicado, los padres y apoderados recalcaron que en los últimos seis años, los representantes de la comunidad han participado en diversas reuniones con autoridades, pero sin soluciones efectivas. Por ello, exigieron el compromiso claro del Estado de Chile, pidiendo un plazo específico para la finalización del diseño y el inicio de la construcción de una nueva escuela.
"Las movilizaciones no cesarán hasta contar con fechas concretas", se advirtió en el comunicado remitido en la jornada del viernes.
Por eso, se subrayó la necesidad de una infraestructura que garantice el respeto por los derechos educativos, conforme a la legislación chilena y a los tratados internacionales ratificados por el país.
En ese mismo tenor, Carla, una estudiante de octavo básico de la escuela de Callaqui, aseguró que hace años "se nos ha prometido un nuevo recinto, pero no se nos ha tomado en cuenta a pesar de tener los mejores resultados Simce de la escuela".
La adolescente recalcó que "acá en el invierno pasamos mucho frío, y en el verano pasamos mucho calor, y en el patio hay una laguna de agua en donde no se puede ocupar todo el espacio para jugar, y estamos muy aburridos ya de que se nos prometan cosas y no se nos cumplan".
En la tarde del lunes se informó que tras reunirse entre la comunidad educativa y las autoridades municipales y provinciales, se depuso la toma del establecimiento. Además, se estaría citando a reunión para este próximo viernes 11 de octubre a fin de establecer un plazo máximo y una fecha definitiva para finalizar el proyecto educativo.
Al respecto, el jefe provincial de educación de Biobío, Pablo Ríos, no se refirió a las razones de la demora en la ejecución de la obra en la comuna cordillerana. Sin embargo, aseguró que "si bien los requerimientos planteados van más allá de lo educativo, nos comprometimos a continuar en esta instancia de diálogo en la que participan el municipio y otras carteras, todo aquello con el objetivo de contribuir a dar respuesta a lo que requiere la comunidad".
Aseguró que el único punto donde el cual se puede dar respuesta es lo referido a temas secundarios, como exigir una mayor supervisión de Junaeb hacia los proveedores de alimentos.
En el mismo tenor, la Municipalidad de Alto Biobío, a través de sus redes sociales, aseguró que también "se han sumado a las demandas de la comunidad educativa y ha visitado hoy (ayer) la escuela para reiterar la urgencia de avanzar, en conjunto, con los representantes de la comunidad, los apoderados de la escuela y las autoridades regionales y provinciales".
Sin embargo, la corporación edilicia responsabilizó a la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, afirmando que "solo (se) requieren revisiones finales de proyectos de especialidades para lograr su aprobación técnica y, con ello, la asignación de recursos para construcción de este proyecto tan necesario para los estudiantes y familias de la zona".
Al ser aludidos por el municipio cordillerano, Juan Andrés Vega, director de Arquitectura del MOP Biobío, detalló que "la reposición de la escuela Callaqui es un contrato administrativo de la municipalidad de Alto Biobío con fondos del Ministerio de Educación".
En ese plano, especificó que la Dirección de Arquitectura "funciona como contraparte técnica en la revisión de especialidades del proyecto, desde el convenio de colaboración firmado en septiembre del año 2023".
El personero concluyó que "hasta la fecha se han hecho sucesivas revisiones de cada una de las especialidades del proyecto, llámese eléctrico, sanitario, de clima y demás, en las cuales a día de hoy siguen persistiendo muchas observaciones las cuales no han sido levantadas por el consultor de diseño".
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