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La catástrofe más grave desde el terremoto del 2010 fueron los incendios de Viña del Mar ocurridos hace ya casi dos semanas, los cuales causaron más de 130 víctimas fatales y un número indeterminado de desaparecidos, afectando a miles de familias que perdieron sus hogares y enseres.
La tragedia gatilló las acciones de ayuda para ir en apoyo de aquellos que lo perdieron todo con el fin de brindarles los enseres y útiles básicos para la subsistencia, como el agua y la alimentación.
Por lo mismo, se habilitaron centros de acopio a lo largo del país que están recibiendo todos estos enseres, excepto ropa.
El problema es que las prendas de vestir se han convertido más en un problema que en una ayuda, ya que como lo han hecho saber desde distintas instituciones solidarias, mucha ropa llega en mal estado, sucia o rota. Derechamente, en algunos casos son prendas que no tienen que ver con la intención de ayudar, como lo ha sido la "donación" de zapatos y vestidos de fiesta.
Al respecto, el alcalde de Los Ángeles, Esteban Krause, en conversación con radio San Cristóbal y diario La Tribuna, se manifestó en esa misma línea. "No estamos recibiendo es ropa, no estamos recibiendo alimentos perecibles de ningún tipo, sólo recibimos enseres de hogar y de aseo. Hoy día por la información que tenemos es que no se necesita más ropa, precisamente porque ocurrió que algunos quisieron deshacerse de su ropa vieja, y la mandaron hacia la Quinta Región".
"Creo que eso habla mal hacia las personas de Viña del Mar que lo necesitan y requieren. Nosotros tuvimos algo de tiempo para sintonizarnos bien con qué tipo de ayuda se requería, y porque nos ha pasado con la experiencia de ayuda en Nacimiento y otras comunas que han pasado por estas situaciones", aseguró el edil.
Por otra parte, el padre Gustavo Valencia, director de la Pastoral Social de la Diócesis Santa María de Los Ángeles, hizo ver que "va mucha gente a ayudar, porque se difunde por las redes sociales, a llevar colchones o vestimenta pero esto no sirve porque tampoco tienen donde dejarlo".
"A veces hay cosas que a uno le gusta tenerlas pero que no están en buenas condiciones, por ejemplo, tengo pantalones que los uso y están limpios, pero me daría vergüenza regalárselos a alguien. Lo de la ropa es muy difícil, y ha pasado en lugares donde llega tanta ropa que han terminado quemándola", aseguró el religioso.
Desde el mismo Municipio de Viña del Mar, a través de sus redes sociales lanzaron una campaña denominada "Evitemos una crisis sanitaria", donde señalaron explícitamente que "no necesitamos más ropa, hoy lo que subes se cumula como basura, ¡Por favor no lo hagas!".
En ese sentido, Mónica Ehrenfeld Molina, docente de biología de la U. Católica de Chile, magister en Políticas y Gestión Ambiental y presidenta de la corporación Ciudadanía Ambiental, explicó el impacto ambiental que tienen las prendas de vestir cuando se acumulan como basura.
"Los residuos que no son manejados, o cuando dicho manejo es inadecuado, terminan produciendo variados efectos adversos para el ambiente y la salud de la población, como la contaminación de los océanos, la obstrucción de desagües, la transmisión de enfermedades por la atracción de vectores, el aumento de problemas respiratorios por la quema de desechos, daño a la fauna que se alimenta de desechos, y sin soluciones sanitarias ambientales", afirmó la docente.
Explicó que también contribuyen al cambio climático de manera directa, principalmente con la emisión de metano de residuos en descomposición o, de manera indirecta, a través de la energía y emisiones generadas en la cadena de valor.
En ese sentido, hizo ver que además de esta problemática, existe otra más profunda. A juicio de la presidenta de la Corporación Ciudadanía Ambiental, "hay cerros de ropa que llegan desde el extranjero y se van a instalar al norte de Chile. Esas prendas con el sol van generando metano. Imagina que el 40% de la ropa que se trae del extranjero se bota en el desierto".
A medida que las ropas se descomponen, fibras como la lana y el algodón generan metano. "Hemos visto como importadores se deshacen de innumerables contenedores de ropas, que generan grandes vertederos a tajo abierto en nuestros desiertos", afirmó.
Situación que ahora se estaría viviendo ahora en menor escala en la Región de Valparaíso. La experta explicó que "el metano es un CH4, eso es carbono con cuatro de hidrógeno, pero es mucho más contaminante. Hay estudios que dicen que es un 30%, otros que un 20% y otros que un 80%. Y en cualquiera de estos casos, eso es preocupante".
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