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Acusan victimización y engaño por parte de abuelos demandados por pensión alimenticia

por Marcos Sarmiento

La Tribuna se comunicó con uno de ellos, quien descartó que su descendiente trabaje en la empresa familiar.

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Fuertes repercusiones tuvo la nota de prensa que graficó el -aparente- drama que vive una pareja de abuelos, los que -recordemos- se encuentran demandados por la pensión alimenticia de sus nietos, pues el padre de la querellante acudió a La Tribuna para entregar su versión de los hechos, acusando victimización y engaño por parte de las personas de tercera edad.

El hombre identificado como, Juan Escobar, aseguró que los abuelos en complicidad con su hijo, simularon un contrato de trabajo, con la finalidad de percibir una renta inferior ($416.000) y por ende pagar una pensión alimenticia mucho menor.

“Está contratado para que perciba una menor renta. Para ser  preciso está contratado por una tercera empresa, pero no ejerce en ésta, sino para ellos. Yo lo he corroborado con el testimonio de los trabajadores. Son una suerte de cómplices, ya que en otros juicios han intermediado de la misma forma, con sueldos y cosas por el estilo, que no corresponden a la realidad”, precisó.

Asimismo, Escobar, detalló que el padre de las menores renunció -en su momento- a propósito a su cargo de subgerente, con el objetivo de realizar esta simulación, con la única intención de vengarse por otro juicio en paralelo que entabló la madre de las menores.

“Él renunció a su trabajo. (…) Lo hizo a propósito del juicio -en paralelo- que se venía. (…) A modo de venganza y represalia económica, y todo lo que se quiera, pues así fue amenazada mi hija, que iba a llorar lágrimas de sangre y que no iba a recibir absolutamente nada”, apuntó.

Independiente de todo ello, se le preguntó por qué se demandó a los abuelos, si -al parecer- el padre de las menores sigue pagando la pensión alimenticia, claro en un monto menor debido a que en la papeleta percibe una menor renta.

“Ha pagado, pero no la cantidad suficiente que corresponde para que las niñas tengan el pasar que tenían. Y, recordemos que renunció a su trabajo, apareciendo con un contrato que no se ajusta a la realidad”, comentó.

Tras ello, enfatizó el argumento, sosteniendo que los pagos son bajo el mínimo legal y algunos meses -simplemente- no se han cancelado.

“Está pagando menos de lo que le corresponde legalmente. Por tres niñas una suma de  115 mil pesos es ínfima. Un trabajador que gana el sueldo mínimo está obligado a cancelar 103 mil pesos por un hijo, y él cancela 115 por tres”, resaltó.

Por último, se les consultó la razón de responder públicamente el tema, debido a que en la nota no se sindicó expresamente a la demandante.

“Ellos quisieron hacer público el tema, por ende nosotros damos una respuesta de la misma manera, aunque incómoda la verdad. Sin embargo, lo hacemos sobre todo por los comentarios que se agregaron a la nota, en donde algunos nos tildaron de sinvergüenzas y otros, que conocen bien el tema, afortunadamente nos apoyaron”, explicó.

Por último, vale consignar que el abuelo materno acompañó algunos documentos de respaldo, como el finiquito del padre de las menores, en donde se señala su renuncia, como también una declaración realizada en un juicio, en donde el hombre afirma a una psicóloga que labora con su progenitor.

RESPUESTA DE ALUDIDOS

Con los antecedentes bajo la mesa, La Tribuna se comunicó con uno de los abuelos, Juan  Segundo Heredia (72), para conocer una respuesta a la denuncia.

Fue así que Heredia reconoció que su hijo renunció, utilizando el mismo argumento expuesto en la primera entrevista, que no fue precisado en la nota.

“En los papeles tiene que quedar eso, pero se debe a que era un trabajador de confianza. Con un sueldo como él tenía, y cuando el empleador pierde la confianza, el funcionario debe presentar su renuncia voluntaria”, aclaró.

Tras ello, se le preguntó si su hijo trabaja en su empresa, descartando -parcialmente- el argumento.

“No es efectivo que labore en mi empresa. Él para ganar unos pocos pesos más, de los que le pagan por cumplir un horario o contrato, como vive conmigo, a veces -en mi negocio- se le manda para alguna parte”, detalló.

Con la finalidad de aclarar completamente el asunto, se le preguntó quién es el empleador legal de su hijo.

“Él trabaja en Áridos Gabriel Roa. Ahí está el empleador y la oficina de él. Como el trabajo también es de confianza, no tiene que firmar libro de asistencia, pero eso no tiene nada que ver. (…) Él ha boleteado e incluso ha puesto más dinero, de lo que se muestra en las imposiciones”, justificó.

Finalmente, se le invitó a responder la denuncia principal, sobre una eventual simulación de contrato, contestando lo siguiente.

“No se puede simular, es un tema de imposiciones, de seguro, es un tema de ley, de trabajo”, sentenció.

Cabe destacar que La Tribuna abordó -en principio- el tema, con la única intención de explicar la factibilidad que los abuelos puedan ser demandados por pensión alimenticia.

 

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