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La Tribuna

La casa más cara de Estados Unidos & por dos

por Gabriel Hernandez Velozo

Robert Frank / © 2017 New York Times News Service

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NUEVA YORK ? De pie frente a su piscina infinita con azulejos de cristal de 26 metros que da hacia Los Ángeles, Bruce Makowsky da a conocer la pieza central de la casa nueva en venta más cara en Estados Unidos.

“¿Listo para la mejor vista?”, pregunta. Un miembro del personal toca un iPad y un televisor de resolución 4-K y seis metros montado en un elevador hidráulico en espiral se eleva desde el borde de la piscina. Incluso bajo la brillante luz solar de California, la vívida imagen de Beyoncé en concierto aparece en la pantalla sobre la piscina, y su música resuena en 16 bocinas subterráneas.

“Ninguna otra casa tiene algo así”, dijo Makowsky, quien hizo su fortuna como diseñador de bolsos y ahora se dedica a desarrollar mansiones y venderlas con ganancia.

Y ninguna otra casa en Estados Unidos tiene un precio oficial tan alto: 250 millones de dólares.

El palacio de alta tecnología y 3,530 metros cuadrados de Makowsky representa un nuevo nivel de súper casas; por ahora. A menos de 16 kilómetros de distancia, está en construcción una casa aún más grande que tendrá un precio de venta de 500 millones de dólares. Juntas, las dos propiedades rivales en el pequeño y tranquilo barrio angelino de Bel Air se han vuelto el Godzilla contra King Kong de las propiedades caras, erigiéndose como símbolos concretos de la nueva clase de riqueza exageradamente enorme y ofreciendo una ventana hacia las necesidades particulares de los multimillonarios de hoy.

Makowsky, un anuncio del lujo andante de 60 años de edad y quien usa relojes de 500,000 dólares y conduce autos de dos millones de dólares, está apostando a la demanda de lo que llama “el estilo de vida detalladamente organizado”. En vez de construir una gran caja vacía que los compradores puedan diseñar y hacer propia, él ha construido una guarida para multimillonarios con todo incluido y lista para ocuparse; donde todo, desde la colección de autos de 30 millones de dólares hasta las 7,000 películas cargadas en el teatro con tema de James Bond y los juegos de platos y cubiertos de Roberto Cavalli de 3,500 dólares vienen con la casa. Hasta el personal de siete empleados (que incluyen chef, chofer y masajista) está incluido por dos años.

“Cada pulgada de la casa está cuidadosamente planeada con lo máximo en juguetes, entretenimiento, piedra, vinos, obras de arte, todo”, dijo Makowsky. “Todo gira en torno de la sensación y la experiencia que se tienen cuando se está en la casa”.

La casa rival cercana, llamada “The One”, es casi tres veces más grande, con más de 9,755 metros cuadrados de área de vivienda. La recámara principal por sí sola tiene 511 metros cuadrados; a la par de, digamos, una casa de Manhattan de cinco pisos o un dúplex de penthouse de SoHo.

La cochera de “The One” tiene cabida para 30 autos. La propiedad, aun en construcción, tendrá al menos cuatro piscinas y otros elementos de agua. El desarrollador, Neil Niami, dice que la casa estará terminada en mayo o junio de 2018.

Los dos constructores han mantenido una respetuosa distancia entre ellos. Ambos han hecho fortunas vendiendo casas cada vez más grandes y más caras construidas por especulación.

“Me emociona que haya más casas emocionantes construidas para multimillonarios que creen empleos”, dijo Makowsky.

Niami dijo que aunque ambas casas son costosas, están dirigidas a compradores diferentes.

“La casa de Bruce es más pequeña, y él tiene 4,050 metros cuadrados; yo tengo 16,190 metros cuadrados (1.6 hectáreas)”, dijo Niami. “La base de compradores para la casa de Bruce no es la misma que para la mía. Pero espero que obtenga un buen precio, porque eso sería bueno para mí”.

Aunque algunos han comparado la casa con un gigantesco centro comercial o un centro turístico enorme, más allá de la escala de una casa personal, Niami dice que no le preocupa el precio solicitado.

“Todas mis casas se venden siempre”, dijo.

Sin embargo, los agentes inmobiliarios de los ricos dicen que Makowsky y Niami están apostando al mismo grupo de compradores en una época en que el sector superior del mercado inmobiliario está lleno de una oferta mayor de mega mansiones.

Y las dos casas pudieran terminar vendiéndose por mucho menos, ya que los precios de nueve cifras a menudo son usados más como herramientas de mercadotecnia que como verdaderos avalúos. Se cree que la casa más cara vendida en Estados Unidos es una propiedad en East Hampton, Nueva York, que se vendió en 147 millones de dólares en 2014. En California, se cree que la venta más grande es de una propiedad de 3.6 hectáreas en Woodside que se vendió en 117.5 millones de dólares en 2013.

“¿Alguien realmente comprará estas casas a esos precios?”, preguntó Josh Altman, un corredor de bienes raíces en Los Ángeles, refiriéndose a las casas construidas por Makowsky y Niami. “Es difícil imaginarlo en este momento. Cuando se superan los 100 millones de dólares, hay muchas opciones. Y esos compradores son inteligentes”.

Makowsky, sin embargo, ha desarrollado múltiples carreras desafiando a los escépticos. Nativo de la Ciudad de Nueva York, fundó un imperio de productos de piel en los años 90 con su esposa, Kathy van Zeeland, vendiendo zapatos y bolsos en la cadena QVC y eventualmente vendiendo varias compañías; la última por cientos de millones de dólares. Se mudó a Los Ángeles planeando retirarse, pero rápidamente desarrolló el gusto por comprar, construir y vender propiedades.

En 2014, construyó una casa que ofreció a la venta por 85 millones de dólares, un precio que los agentes inmobiliarios locales dijeron era entre 20 y 30 millones de dólares demasiado alto. La casa, promovida como “el departamento de soltero máximo del multimillonario”, incluía una escultura de 200,000 dólares de una gigantesca granada de mano azul y una recámara principal que tomó como modelo una tienda Louis Vuitton. Después de una guerra de ofertas contra Beyoncé y Jay Z, Markus Persson, el multimillonario soltero que creó el videojuego “Minecraft”, compró la casa por 70 millones de dólares. El precio fue un récord para Beverly Hills.

Makowsky dijo que aunque el número (más de 2,000) y la riqueza de los multimillonarios del mundo había explotado, la calidad de las casas que compraban no había seguido el ritmo. Aseguró que los súper ricos de hoy tenían más dinero que tiempo o experiencia artística, y que preferían que sus casas fueran organizadas con cuidado como museos antes de mudarse a ellas.

La construcción de su creación más reciente le tomó cuatro años a 300 trabajadores.

En vez de una cochera de 12 autos, la casa de Makowsky tiene una “galería de autos” que incluye 12 ejemplos de los autos más raros y más rápidos del mundo, incluido un Mercedes 1936 que está valuado en 15 millones de dólares. Una representación en acero inoxidable de 1.5 metros de altura y un millón de dólares de una cámara Leica se ubica bajo una escalera de espiral de acero pulido de 2 millones de dólares. Entre las 130 “instalaciones de arte” de la casa está una sierra eléctrica que incluye adornos de capó de Rolls-Royce, una gigantesca jeringa Louis Vuitton y un enorme bolso Birkin y una pila de maletas Louis Vuitton todo tallado en ónix color miel. La mayoría de esas piezas fueron diseñadas para la casa.

La sala de boliche de cuatro carriles tiene pinos recubiertos de oro y plata y mesas cafeteras hechas de cristal ultra transparente Starphire y motores de aviones. La sala de cine tiene 40 asientos de cuero reclinables, y se cree que el televisor del piso superior, de casi 9.1 metros, es el más grande en una casa estadounidense.

La casa está tan llena de ostentación monumental que las habitaciones básicas ? 12 recámaras, 21 baños, tres cocinas ? parecen casi secundarias. Makowsky ya ha mostrado la casa a ocho multimillonarios, pero la propiedad no salió al mercado oficialmente hasta el 18 de enero.

Cuando se le preguntó sobre el precio, Makowsky dijo que una comparación adecuada sería con un mega yate y no con otra casa. Las ventas de yates de más de 90 metros han aumentado en los últimos años, señaló, con precios que alcanzan los 400 millones de dólares.

“Esta casa es más como un yate en tierra”, dijo. “No tenía sentido para mí que alguien gastara 300 millones de dólares en un barco que usa ocho semanas al año y viviera en una casa que solo costara entre 20 y 30 millones de dólares”.

Imagen: La casa de Makowsky, junto con otra en construcción que se listará por 500 millones de dólares. Símbolos concretos de la nueva clase de la riqueza supersize y ofreciendo una ventana en las necesidades particulares de multimillonarios de hoy. (Nathanael Turner / El New York Times).

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