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La Tribuna

¿Sabe Ud. dónde nace el estero Quilque?

por Juvenal Rivera Sanhueza

Muy pocas personas saben que este curso fluvial no aflora en las altas cumbres cordilleranas sino que lo hace de manera subterránea hasta que sus aguas brotan de manera natural no muy lejos de la ciudad.

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Nadie pone en duda la importancia del estero Quilque en la historia de Los Ángeles. Aquel día de 1739 en que el sargento mayor Pedro de Córdova y Figueroa decidió fundar la villa - en el preciso lugar donde ahora está el centro cívico de la ciudad -, lo hizo teniendo como punto de referencia la margen sur de dicho curso de agua. Desde entonces, en aquel inicio, en aquella etapa muy germinal, el estero y Los Ángeles han sido inseparables.

En general, la creación de villas en torno a los ríos se explicaba en la necesidad de tener a mano una provisión de agua cercana para proveer a la población.

En el caso de la naciente población angelina, era vital para el puñado de mujeres y hombres que sobrevivían a un ambiente particularmente hostil e implacable, marcado por la fuerte presencia militar para resguardar la zona de la frontera. De hecho, pese a los incentivos para su poblamiento, el asentamiento de personas fue un asunto especialmente difícil en esos años fundacionales. Incluso, se debió apelar a las amenazas para conseguir que sus habitantes ocuparan la villa.

Es que, de acuerdo a los edictos de la Corona, el conquistador español estableció los emplazamientos humanos en las cercanías de los cursos de agua. Así ocurrió con la mayor parte de las villas que datan de aquellos tiempos.

Por eso, el estero Quilque está tan ligado a los mismos orígenes de Los Ángeles. Sin embargo, muy pocas personas saben que no afloran en las altas cumbres cordilleranas sino que lo hace de manera subterránea hasta que sus aguas brotan de manera natural no muy lejos de la ciudad.

¿Dónde? Específicamente, nace en el fundo Santa Isabel, por el camino a Cerro Colorado, a unos cinco kilómetros al oriente del centro de la ciudad.

Sin embargo, no siempre tuvo el aspecto que conocemos en la actualidad. Antes de la irrupción del riego, iniciado recién en 1925, dicho curso fluvial dependía exclusivamente de las lluvias. De hecho, en la época de verano el volumen de agua se reducía a prácticamente cero y solo se recuperaba con las precipitaciones desde abril en adelante.

Esa condición natural explica, por ejemplo, que algunas viviendas se construyeran justo encima de su cauce, como acontece en el paso del Quilque por las calles Almagro, Colón y Valdivia. Es que, de acuerdo a los testimonios de la época, el estero era angosto y podía cruzarse de un brinco, más aún en el verano cuando su volumen mermaba de manera considerable.

El panorama cambió radicalmente a contar de 1925 cuando se puso en marcha el canal de riego de la Asociación de Canalistas. ¿Y eso que tiene que ver con el estero Quilque? Pues, mucho porque dicha obra de ingeniería, que tiene más de mil kilómetros de canales, utiliza los cursos de agua naturales de la zona para conducir las aguas hasta las zonas agrícolas.

Ese fue el caso específico del Quilque. El sistema funciona de la siguiente manera: se sacan aguas del río Laja en la bocatoma que queda en la localidad de Tucapel. De ahí se conducen al canal matriz de la asociación hasta la altura del kilómetro 16, donde una parte se desvía al río Diuto. De ahí viaja varios kilómetros más hasta ser sacado del Diuto y conducido a canal hasta que cae en el Quilque, a la altura del fundo Santa Isabel.

Al cabo, lo que vemos convertido en un verdadero río en su paso por la ciudad es la suma de ese caudal sacado del Laja, al que se añade lo que lleva de manera natural desde su nacimiento, además del aporte de otro estero más pequeño llamado Pichiquilque que confluye poco antes de cruzar la ex Ruta Cinco Sur.

Después, esa agua prosigue su travesía hacia el poniente de Los Ángeles donde nuevamente es sacada a una compleja trama de canales para regar, principalmente, suelos destinados al cultivo de trigo, maíz, remolacha y frutales en la zona de Virquenco y Santa Fe.

Un aspecto llamativo en el origen del estero Quilque es que el fallecido propietario del fundo Santa Isabel, Bolívar Guzmán, resolviera represarlo para formar una pequeña laguna donde ahora se encuentran garzas, patos, taguas y coipos, en medio de una vegetación arbórea que se ha mantenido inalterable.

Una de las iniciativas más importantes para hermosear la pasada del estero por la ciudad ocurrió a fines de los 80, como parte de las obras para celebrar los 250 años de la fundación de Los Ángeles.

El paseo Ronald Ramm, inaugurado en septiembre de 1989, era mucho más ambicioso pero se restringió al tramo entre Almagro y Colón. Un avance en ese mismo sentido ocurrió en 2003 cuando el Mall Plaza creó un paseo en la margen norte, entre Mendoza y Ercilla.

Ambas iniciativas fueron parte de ese esfuerzo por incorporar este curso fluvial a la trama urbana de ciudad, de dejarlo a la vista, tal como había sido en los inicios de esa alejada y empobrecida villa de Los Angeles.

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