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"Me llamo Zunilda Leal Canales, y nací el 22 de mayo de 1923".

Cuando entrevisté a mi bisabuela, el fin de semana pasado, esa fue la primera frase que me dijo.

Antes, tomó la grabadora y me hizo ella muchas preguntas, que si iba a quedar todo grabado, y que si la entrevista era porque estaba a punto de cumplir cien años.

Abuela Zuni, te contesto acá en el diario: Si, quedó todo grabado y estás aquí, en un texto escrito por mí para tu cumpleaños, con ayuda de mi papá, que es periodista.

Del siglo que ha vivido mi bisabuela, lleva más de 70 años en Los Ángeles, y conoce bien su historia.

Para entrevistarla, fui a la casa de mi abuela, que la cuida. El día estaba nublado, tomamos once, hicimos un queque. Mi bisabuela me contó que le gusta el mate, pero ahora toma descafeinado, lo extraña, dice, pero por la presión no puede.

Antes vivía en Lincoyán, pero le armaron una pieza en la casa de mi abuela que la cuida, en lo que solía ser el patio de atrás.

Le gusta escuchar música a mi bisabuela, pero le gusta ver la música, observarla en su tele, le gusta ver a la gente bailar Rock and Roll y Twist. Le gustan sus pasos rápidos y cómicos, que desconocemos como los logran, creo yo, más que la música en sí.

Hoy en día toma jugo de fruta, y sopa, pues su digestión no es la misma, pero le gusta que yo me coma toda la comida.

Así que después de comer, le pregunto.

¿Cuándo llegó a Los Ángeles?

"Nací en Curanipe. Cuando tenía 6 años me mudé a Talcahuano, y ahí me crie. Viví en Cerro Alegre, mi casa era la número 81".

"Cuando tenía 18 años me casé, mi esposo tenía 20. Duré con el 73 años, pero se enfermó de la noche a la mañana, de una enfermedad al cerebro, y murió, hace siete años más o menos".

¿Cuántos hijos tiene?

"Tuve 10 hijos, pero se me murió el primero. El segundo igual. El tercero me duró cuatro días y murió porque la sangre mía y la de mi marido no coincidan, según nos dijo entonces el doctor".

"El cuarto se enfermó de un resfriado al estómago, y en esos años estaba saliendo la penicilina, muy poca gente la conocía. Y un doctor vino a ver y le quiso poner una inyección. Mi mamá me dijo que no pero mi esposo dijo que se iba a mejorar. Pasaron unos días, empezaron a ponerle la inyección, con diez meses y cuatro días, y a la mitad de la inyección murió también".

"Ya había perdido cuatro, y entonces vino mi quinta hija, que es la que tengo ahora, la mayor. Después, tuve cinco más".

¿Se acuerda del terremoto abuela Zuni?

"Si. El 39, fue el más grande que hubo. Fue muy grande. Se perdieron hartas cosas".

"Después, para el otro, estaba con mi marido y le dije, como era tanta nuestra fe en el señor, ‘oremos Víctor, oremos’, así le dije".

"Y funcionó, porque en mi casa solamente se perdió una taza. Fue porque una puerta del mueble había quedado abierta, sin llave, entonces se movió y cayó la taza. Nada más perdí".

"Entonces teníamos unas mesas de fierro que hacía mi marido, y encima de una teníamos la tele. No se cayó. El temblor la movió, la corrió harto, pero no cayó".

Mi bisabuela no me contó mucho del terremoto del 2010, pero se acuerda de otras cosas, como la epidemia de gripe o de cómo era la ciudad hace tiempo.

Cada vez son más las personas como Zunilda, que cumplen cien y más años.

Según el Servicio Nacional de Adulto Mayor, Senama, hay 4.770 personas con un siglo cumplido en el país. La región del Biobío está entre las que más tiene, con 368, incluyendo a la entrevistada en esta nota.

Son en su mayoría mujeres, y es una situación que va en aumento. Según el mismo Senama, en la década de 1980, apenas había 240 personas de cien o más en todo Chile. En el 2043, es decir, en veinte años apenas, serán 40 mil.

Dos de cada tres serán mujeres, como mi bisabuela.

¿Abuela Zuni, usted vivió una pandemia?

"Fue una gripe. Hubo una gripe fuerte. En esos años, atrás, hubo una gripe que no quedó nadie, una gripe inmensa, pero gracias a Dios, ni a mí ni a mi hijo le pasó nada".

¿Y cumplir un siglo, le gusta?

"No me alegra nada cumplir 100 años, porque sé que se me acerca más el tiempo. Todos tenemos que volver a donde vinimos, nadie se queda para siempre en este mundo, todos volvimos al cielo. Pero me conformo".

"Esa es mi vida. Larga, cien añitos no más".