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Lugares del Cementerio General: La escultura que homenajea a Pedro Luna, un gran artista olvidado

Fue uno de los creadores más importantes en la primera mitad del siglo XX en materia pictórica pero apenas es conocido en su tierra de origen.

La escultura de Pedro Luna está en el acceso del cementerio general de Los Ángeles., Diario La Tribuna
La escultura de Pedro Luna está en el acceso del cementerio general de Los Ángeles. / FUENTE: Diario La Tribuna

Una pequeña escultura y una placa a sus pies, que están situadas a metros del acceso principal del Cementerio General de Los Ángeles, es la única referencia que indica que en ese lugar están los restos de Pedro Luna Pérez, un destacadísimo artista plástico que es muy poco conocido en su tierra de origen.

Es bien paradojal que la mejor reseña disponible del creador en las redes sociales, será del Museo del Arte y la Artesanía de Linares (Región del Maule). Es que en esa ciudad, Pedro Luna vivió algunos años en un peregrinaje que lo llevó a residir en varias urbes, como Mulchén o Traiguén.

Nacido Ángeles el 19 de octubre de 1896 (en la referida placa dice que fue en 1892), desde muy niño demostró aptitudes artísticas. Fue autodidacta, dibujó numerosos bocetos y croquis, aunque sus obras más importantes fueron pinturas. Con solo 16 años, fue aceptado en la Escuela de Bellas Artes. Tres años después tuvo un papel protagónico en la exposición de pintura chilena realizada en el salón del diario El Mercurio. La muestra destacó por su espíritu innovador, técnica y corte social, con características diferentes a la pintura oficial, lo que dio origen a la Generación del 13.

Por primera vez en la pintura chilena, este grupo rescató paisajes y personajes populares de Chile, al igual que valores autóctonos, en contra de la corriente academicista y de corte francés que regía en esa época. Rápidamente Luna fue conocido y consagrado por la crítica chilena.

En 1920 partió a Italia a perfeccionarse. En Europa logró su inscripción en la Exposición Internacional de Bellas Artes, donde ganó el Gran Premio de Roma, con la obra Barco Rojo. En Europa tomó lecciones con destacados pintores. Su obra fue influenciada por Manet y Cézanne.

Cuando volvió a Chile, emprendió nuevamente camino al sur. Recorrió varios pueblos y ciudades, como Mulchén, Traiguén y Linares, donde realizó numerosos bocetos y ejercicios de dibujo sobre figuras humanas y costumbres de la vida campesina y del pueblo mapuche.

Aunque volvió a Santiago, las dificultades económicas se hicieron presentes. La pobreza y la miseria fue una de las características que acompañó a varios de los exponentes de la Generación del 13, por ello también se la ha llamado la Generación Trágica. Luna murió pobre y alcohólico en Viña del Mar el 19 de diciembre de 1956. En 1999, sus restos fueron trasladados al Cementerio General donde está la escultura coronada por una luna y una placa a sus pies que tiene un error en la fecha.




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