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Ítalo Zunino Muratori, un hombre que sigue vivo en el corazón de Biobío

por Claudia A. Fuentes Riveros

Diez años han pasado desde la tragedia aérea donde perdió la vida, Ítalo Zunino Muratori, junto a otras dos personas - Luis Alvarado Barrientos y Nicolás Fossatti Vilches- hecho ocurrido en las cercanías del Fundo San Lorenzo, en la comuna de Quilleco.

Portadas de Diario La Tribuna, de los días 14 y 15 de febrero de 2015, dan cuenta de tragedia aérea y la masiva despedida de la comunidad de la provincia / La Tribuna

El 13 de febrero de 2015, la provincia de Biobío despidió de un hombre cuya vida y trabajo dejaron una marca indeleble en su tierra natal. Ítalo Zunino Muratori falleció trágicamente en un accidente aéreo en las cercanías del fundo San Lorenzo, hecho que le costó la vida además, al piloto de la aeronave Luis Alvarado Barrientos, y a Nicolás Fossati Vilches, presidente de la Asociación Cordillera de Criadores de Caballos Chilenos, siendo el único sobreviviente su nieto Miguel Zunino Valenzuela.

A diez años de su partida, la huella de su legado sigue siendo profunda, tanto en su familia como en su comunidad, donde pese al paso del tiempo es recordado por carácter afable, su cercanía y por ser un visionario en el desarrollo de la provincia de Biobío.

Uno de sus mayores sueños, era precisamente aportar para el desarrollo de la educación superior en nuestra provincia, lo que concretó a través de las donación, en 1994, de 4,5 hectáreas del Fundo Maquena a la Universidad de Concepción, con el fin de dejar un legado a Los Ángeles y las futuras generaciones.

Durante este tiempo, los terrenos han sido usados para investigación de docentes y prácticas de alumnos del área forestal y otras similares.

Pero eso no fue todo. Su esposa e hijos deciden sumar otras 9,1 hectáreas a la donación original, lo que permitirá construir un moderno campus abierto a la comunidad con un parque, cuya proyección es construir, en una primera instancia, el Centro de Innovación y Desarrollo.

UN HOMBRE DE RAÍCES PROFUNDAS

Ítalo Zunino nació en Los Ángeles, en 1942, hijo de Armando Zunino y Elena Muratori. Sus estudios medios los realizó en el Liceo Alemán, para posteriormente dedicarse a trabajar junto a su padre. A muy temprana edad, supo que su vida estaría marcada por el trabajo duro y la dedicación a su tierra.

Se casó en 1962 con María Eugenia Besnier Diez, con quien tuvo seis hijos: María Andrea, Claudia Paz, Ítalo Armando Gabriel, Miguel Luis, María Eugenia y Daniela María.​

Durante su juventud, Zunino trabajó arduamente apoyando a su padre. Años más tarde cambió de giro para dedicarse al rubro forestal, convirtiéndose en uno de los primeros exportadores de madera al exterior creando, en los años 80, Forestal Comaco y Maderas San Lorenzo.

Sin embargo, su mayor pasión siempre fue el rodeo. Zunino era dueño del criadero Agua de los Campos y Maquena, cuyos potros suelen aparecer entre los mejores del Champion de Chile.

En 1969, junto con otros dirigentes angelinos, Zunino trasladó desde Puente Alto el Club de Deportes Iberia a la ciudad de Los Ángeles.  También, formó parte de la política local y nacional. En 1972 se desempeñó como alcalde de la ciudad de Los Ángeles.

Militante de la Democracia Cristiana, fue nombrado embajador en Japón durante el gobierno de Patricio Aylwin Azócar, uno de sus grandes amigos. Posteriormente, se hizo cargo de la Empresa Nacional del Carbón (Enacar) y en 1997 fue precandidato a senador por la circunscripción Bío Bío Cordillera.

El momento de su fallecimiento presidía el Consejo de Administración de Empresa Periodística Bío Bío Limitada, editora de Diario La Tribuna. A lo largo de su vida, no solo ocupó posiciones clave en distintos ámbitos, sino que siempre trabajó para mejorar la calidad de vida de su comunidad.

La visionaria entrevista realizada en el mes de octubre del año 1983, cuando asume, en un primer periodo, la presidencia del Consejo de Administración de Empresa Periodística Biobío.  / Diario La Tribuna
La visionaria entrevista realizada en el mes de octubre del año 1983, cuando asume, en un primer periodo, la presidencia del Consejo de Administración de Empresa Periodística Biobío. Diario La Tribuna

MARÍA EUGENIA BESNIER, ESPOSA: "UN HOMBRE FUERA DE SERIE"

María Eugenia Besnier, esposa de Ítalo durante 53 años, guarda recuerdos profundos de la vida juntos. Rememora a su esposo como un hombre que nunca buscó ser reconocido, pero cuya generosidad trascendió.

"Me siento tan orgullosa de haber tenido a este hombre a mi lado, porque él hizo tantas cosas y no hay día que alguien no se me acerque para recordarlo y agradecerle cosas que él hacía de forma anónima".

"Era un hombre fuera de serie. No solo se preocupaba de su familia, sino de la gente que lo necesitaba. Y lo hacía sin pedir nada a cambio. Yo me enteré de muchas de esas acciones, después, por su chofer".

Sobre los legados de su esposo, Besnier señaló que uno de sus sueños más grandes era contribuir al desarrollo de la educación superior en su provincia, razón por la cual donó terrenos a la Universidad de Concepción, "proyecto que, finalmente, está comenzando a ver la luz", valoró.

Tras 10 años, María Eugenia confidenció que como familia van a recordar a Don Italo, con una misa, junto a sus más cercanos.

Italo Zunino junto a su esposa María Eugenia Besnier, a días de haber sido designado como embajador de Chile, en Japón. / cedida
Italo Zunino junto a su esposa María Eugenia Besnier, a días de haber sido designado como embajador de Chile, en Japón. cedida

MIGUEL ZUNINO BESNIER, HIJO: "SU CORAZÓN SIEMPRE ESTUVO RADICADO EN SUS ÁNGELES QUERIDO"

Miguel Zunino, uno de los hijos de don Ítalo, recuerda a su padre con cariño y orgullo, destacando su firme compromiso con Los Ángeles y la Hacienda San Lorenzo, lugares que ocupaban un lugar especial en su corazón.

"Mi padre era un trabajador incansable con valores súper claros de respeto a las personas y a la libertad de expresión de cada una. Él creía mucho en la libertad de cada uno para desarrollarse".

"Era un convencido que un trabajo duro siempre era bien recompensado. Dentro de eso formó empresas tanto en Chile como fuera de Chile, pero su afán y su corazón siempre estuvo radicado en la provincia de Biobío, en Sus Ángeles Queridos y en San Lorenzo que le dio la pasión".

ITALO ZUNINO BESNIER: "FUE UN HOMBRE INTRÍNSECAMENTE ANGELINO E INTRÍNSECAMENTE AUTÉNTICO"

Ítalo Zunino Besnier, otro de los hijos de don Ítalo, considera que su padre fue un hombre profundamente angelino, que siempre mantuvo sus raíces y autenticidad. "Mi papá fue un hombre intrínsecamente angelino. Siempre, en todo lo que hizo, puso a Los Ángeles primero. Se sintió angelino hasta el último de sus días. Esa es una de las grandes gracias".

"La otra gran gracia que tuvo mi papá es que era capaz de hablar con los trabajadores del campo, con gente de la feria donde iba a comprar animales, con grandes empresarios, con presidentes y embajadores, y siempre fue exactamente la misma persona. Un hombre muy auténtico, que siempre tuvo una sola cara, a veces le costó probablemente malos ratos con gente que no lo entendió, pero que sin embargo, a la larga siempre lo entendieron, incluso la gente que a veces tenía posiciones distintas a mi papá, siempre le respetó el hecho de que era de una sola línea".

A nivel personal, confidenció, que se extraña a quien no solo era un padre, sino un amigo y un guía. "Compartí con él en el trabajo, en la vida, sus pasiones: el rodeo, la pesca; las distintas pasiones que él tenía, y en cada una de estas cosas fue una luz a seguir.  Se echa mucho de menos al hombre que estaba ahí para dar un consejo oportuno, o para criticar, mi papá era muy crítico siempre, pero con buena intención, buscaba la excelencia".

Sobre el legado como figura pública en la provincia de Biobío, y el país, señaló que "tuvimos que acostumbrarnos a compartir al papá, porque era un hombre público, interactuaba con todo el mundo. Lo hacía calladamente, él ayudaba a mucha gente, interactuaba con mucha gente y siempre lo hacía calladito. Él no contaba las cosas que hacía".

"Tuvo múltiples facetas, le tocó desempeñarse en muchas partes, entonces, fue muy público, de repente uno como familia lo quería para uno nomás. No quería compartirlo con todo el mundo, pero eso era imposible, entonces ahora que se cumple ya 10 años, mi mamá quiso hacer algo más privado, volver a secuestrarlo para la familia, hacer algo más íntimo con el grupo más cercano a la familia y recordarlo como él fue, pues un hombre simple".

Su rol como personero público distinguió por la cercanía con sus colaboradores, el apoyo a las instituciones, su visión empresarial y su pasión por el rodeo. / cedida
Su rol como personero público distinguió por la cercanía con sus colaboradores, el apoyo a las instituciones, su visión empresarial y su pasión por el rodeo. cedida

Miguel Zunino Valenzuela: "Mi abuelo era único"

Recuerdos infinitos y múltiples momentos compartidos son los que vienen la mente de Miguel Zunino Valenzuela, a diez años de la partida de su "Nono".

En entrevista con Diario La Tribuna, rememoró las enseñanzas de su abuelo, y también reflexionó sobre su manera de ver la vida, tras la tragedia aérea.  "Un accidente de este tipo te cambia la vida y la forma de mirarla".

¿Qué reflexiones sacas a una década del accidente?

La principal conclusión es darte cuenta de la fragilidad de la vida, eso te hace vivir o tratar de vivir más en el presente, estar más conectado, porque uno nunca sabe cuándo es su último día.

Trato de aprovechar el día a día como si fuera el último, y haberlo vivido y visto, te hace sentirlo aún más así.

¿Cuáles son los recuerdos que conservas de don Ítalo?

Los recuerdos son infinitos, tuve la gran suerte de aprovechar mucho a mi abuelo, y si bien ya han pasado diez años, te confieso que yo lo sigo recordando a diario.

Siempre sale al baile en cualquier asunto, conversación, anécdota o recuerdo, es impresionante como después de diez años sigue saliendo al baile a cada rato.

Lo recuerdo como un abuelo cariñoso, muy preocupado de su familia, llegando siempre con un consejo muy sabio, con mucha experiencia.  Tenía un empuje único, nos hacía buscar soluciones a problemas que parecían de muy difícil solución, tenía una frase muy típica: "no hay peor gestión que la que no se hace".

¿Cuáles crees que son las características de don Ítalo que lo llevan a ser tan recordado por la comunidad de la provincia de Biobío?

Era una persona compartida, transversal, eso lo hacía ser muy querido, porque podía estar conversando con un presidente, o con cualquier otra persona, y lo hacía con el mismo entusiasmo y atención.  Mi abuelo era un ser muy humano, sensible y sencillo, eso hace que sea recordado.

¿En qué crees que te pareces a tu abuelo y cómo te gusta recordarlo?

Mi abuelo era único, era muy especial, pero me gusta recordarlo con la pasión que le ponía a las cosas, siempre creando y haciendo cosas nuevas y diferentes, ayudando a la gente.

Me decía siempre que había que trabajar para mejorar la calidad de vida de las personas; dando trabajo y trabajo digno.  Tengo muy buenos recuerdos y ejemplos de él, de cómo hacer las cosas.

¿Cómo se traspasa o piensas traspasar su legado a las nuevas generaciones, por ejemplo, a tus hijos?

Hay que recordar siempre que de la tierra venimos, y en tierra nos convertiremos.  Hay que tratar de vivir siempre con sencillez, ayudando al prójimo, cuidando a la familia.

Me gustaría mucho replicar el hecho de tener una familia achoclonada, hoy escuché la frase de un amigo uruguayo: "Velar se debe la vida de tal suerte, que viva queda en la muerte".

Me hace mucho sentido, porque solo se muere cuando se olvida, y a mi abuelo, no lo olvidaremos nunca.

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