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La Tribuna
Columnista

Con la historia no se juega

Mario Ríos Santander

por Mario Ríos Santander

Mi amigo Carripán, de Tirúa, tiene toda la razón. "Solo es verdad lo que ha ocurrido". Y en esto no cede ni un milímetro. A su vez, en lo que a verdades se refiere, en un conferencia sobre la cosmovisión Pehuenche, muy interesante, el conferencista, Sr. Purrán, señalaba que en la existencia de las dualidades se manifiestan las verdades. Por ello, masculino y femenino, noche y día, verdad o mentira, en fin, otros ejemplos. Por tanto, si algo no tiene dualidad, no es verdad.  Lo mismo, buscando la verdad, mi amigo Carripán sostenía animadamente que, "cuando tenemos dudas si algo es verdad, hay que irse a la relación natural de lo que se está buscando, "porque también, solo es verdad, cuando la cosa estudiada tiene un fundamento natural", y yo le agregaba, que todo aquello que se rige por la costumbre, también es verdad. Me refería al valor consuetudinario en lo actuado. Un buen ejemplo de todo esto es la familia. Si bien la constitución la ubica en la cumbre de la estructura social, "núcleo fundamental de la sociedad", si no se hubiese expresado así tan taxativamente, la familia, padre, madre, hijos, habría tenido igual valor. La razón de ello es porque configura una estructura natural. Tan fuerte es este valor, que su término se ha extendido a la sociedad, haciendo ver en ello, la necesidad de unidad, comprensión orientación y paz, lo mismo que la familia busca en su seno íntimo.  Surge la familia angelina, expresión del espacio común que se habita, la familia iberiana, configurando anhelos deportivos comunes, otros ejemplos.   

Todo esto porque en los últimos dos siglos, la extrema racionalización de las cosas, ha sido tan intensa que finalmente, se ha desviado de la verdad.

Y tenemos un ejemplo en ello. El 11 de septiembre de 1973. 

En un memorable día de análisis institucional en el Senado, expresaba una idea central: "Si no tenemos la capacidad de ubicarnos plenamente en los hechos históricos ocurridos, jamás, tendremos plena unidad de destino". Y para ello, continuaba, "solo es posible concluir en un camino común considerando solo la verdad en nuestro razonamiento, entendiendo que en ello, pueden existir matices sobre tales verdades, pero nunca marginación absoluta de ella misma, la verdad".  Luego expresaba que de tal cuestión, surgirán hechos que, aunque fuesen muy lejanos a nuestra doctrina, considerarán la compresión de lo ocurrido, en virtud del conjunto de situaciones que se dieron para tal hecho. Y establecía un primer ejemplo. "Lenin, personaje en extremo lejano a mis afanes políticos, estaba en su tiempo, para proclamar su doctrina y asumir el poder. Lo mismo Mao, en su china tradicional debilitada por las guerras con Japón y el opio, introducido por los ingleses, Reagan en USA, debilidad en extremo por la mala conducción institucional de la guerra fría, el propio Fidel, que asume el gobierno de un burdel. Distinto es el acontecer de lo que sigue en cada ejemplo. Lenin fracasa, Mao, triunfó Fidel extiende la dictadura. Pero, el conjunto de verdades dio origen a tales gobiernos. "En esta misma mirada está el Régimen Militar chileno, lo analizaremos en torno a las verdades", señalaba en la intervención senatorial. Y así lo hicimos. Ahora será igual. La suma de verdades, serán nuestros afanes en el debate. Las mentiras, que enaltecen el odio, no nos llevará a nada.

Mario Ríos Santander

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