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La Tribuna
Columnista

Luz, cámara... ¡acciooón!

Maciel Campos

Director Escuela de Publicidad y Relaciones Públicas Universidad de Las Américas

por Maciel Campos

Entre 70 y 150 dólares vale un recorrido por los escenarios de cartón piedra de Universal Studios o Warner Bros. El turista lo paga feliz, pues no hay mejor forma de vivir en carne propia las películas y series que les resultan favoritas, sin embargo, hoy todas esas locaciones lucen una cara de pueblo fantasma. Como pocas veces ocurre, ahora es posible bajarse de los carritos del tour y entrar a los sitios de filmación de Fast & Furious, Spider-Man, E.R. o Friends (incluida la pileta y el sillón). Lo que implicaba un acierto afortunado para el visitante y su cámara fotográfica, en realidad escondía la debacle del show business y sus círculos concéntricos de consumo audiovisual. 

Nada menos que entre 3.000 a 5.000 millones de dólares ascenderían las pérdidas por la huelga que escritores mantuvieron por casi 150 días y que tuvieron a todo Hollywood en vilo. Aunque los acuerdos de estos días, que pondrían cierre a la paralización, necesitan ser confirmados por las bases del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA), la sesión del paro trae un respiro parcial para la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), quienes básicamente ya estaban desangrándose en los platós vacíos de la industria del entretenimiento más grande del mundo. Este nudo recién desatado es un buen indicador para que el sindicato de actores, locutores, presentadores y otros, el SAG-AFTRA, también deponga la paralización que llevan desde julio en solidaridad a los escritores y sus propias demandas. Los reclamos no eran triviales: pago por repeticiones, una mejor repartición de utilidades y dejar a la Inteligencia Artificial fuera de la producción, eran las reivindicaciones básicas.

El origen de la crisis, sus repercusiones y el desgaste que produjo a esta industria y sus derivados, fue un signo contradictorio de todo lo que en apariencia exhibe éxito, fama y dinero a borbotones. La línea que separa la creatividad de los negocios ha hecho visible una frontera zigzagueante que demuestra que detrás del glamour y las galas hollywoodenses subyace el mismo engranaje de andamios débiles que mantienen a las fachadas de cartón de los estudios en pie, a razón de las rutinas de explotación que tributan a las "Majors" (grandes Estudios) y que rebalsaban poco o nada al grueso de trabajadores que hacen posible disfrutar una tarde de cine o una maratón de series. Esto mismo llevó a varias súper estrellas a plegarse a la huelga original y entregar de su propio bolsillo el sostén para los menos famosos. Difícil saber si por un genuino acto de generosidad o por simple edulcoración de su propio "personal branding" (marca personal).

Lo cierto es que las huelgas parece que llegarán a su fin, los platós volverán a cerrarse para turistas, las repeticiones comenzarán a pagarse y la Inteligencia Artificial quedará fuera de los escritorios de los guionistas por un buen tiempo. Jamás la palabra ¡acción! retumbó tan fuerte en los patios y fachadas de cartón de los estudios.

Maciel Campos

Director Escuela de Publicidad y Relaciones Públicas Universidad de Las Américas

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