El tratamiento de las enfermedades crónicas no transmisibles es uno de los mayores retos de los sistemas de salud global, ya que estos padecimientos impactan a todos los grupos etarios, independientemente de la región o el país. La prevalencia de estas enfermedades, específicamente diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como la presencia de factores de riesgo como la obesidad, es mayor en personas que viven en situación de vulnerabilidad y pobreza, que no tienen acceso a servicios básicos como energía, saneamiento y agua potable, que trabajan en condiciones precarias o están desempleadas, y que deben superar diversos obstáculos para acceder a la salud y la protección social.

Por su parte la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, así como sus complicaciones provocan repercusiones económicas para quien las padece y sus familias, así como para el sistema de salud y la economía del país por los costos médicos directos e indirectos que ocasionan.

Actualmente los sistemas de salud del mundo y en particular los países de Latinoamérica, han sufrido modificaciones para la atención de estos padecimientos, debido a recortes en el presupuesto destinado a salud, esto provoca el desabasto de medicamentos y por consiguiente la falta del surtimiento de recetas médicas, afectando la economía de quienes las padecen, pues ellos deben cubrir esas recetas con su propios recursos, lo que origina un gasto de bolsillo en salud, este se define como: la proporción del gasto que las familias destinan a través de gastos directos, a solventar los distintos requerimientos de la atención de la salud, una vez satisfechas sus necesidades alimenticias. El gasto de bolsillo en salud engloba todos los tipos de gastos sanitarios realizados en el momento en que el hogar se beneficia del servicio de salud, regularmente se trata de honorarios de médicos, compras de medicamentos, radiografías, análisis de laboratorio, entre otros. Los gastos en medicina alternativa y tradicional se incluyen en el cálculo de los gastos de bolsillo, pero no los gastos de transporte efectuados para recibir asistencia ni los concernientes a nutrición especial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), refiere que el gasto de bolsillo en salud no debe superar entre el 30% y 40% del gasto total a nivel familiar, si este gasto supera el último porcentaje se habla de un gasto catastrófico en salud que pone en riesgo la estabilidad económica del hogar provocando un proceso de empobrecimiento latente, y como es bien sabido muchas personas no tienen la posibilidad de cubrirlo, por lo tanto, su salud, así como su calidad de vida en salud se ven afectadas.

En la actualidad, los sistemas de salud requieren recursos suficientes en el sector para poder garantizar el acceso a los servicios de diagnóstico y tratamiento para todos los usuarios, así como promover y optimizar la atención brindada; de lo contrario las personas tendrían que cubrir ese gasto. En este contexto, me pregunto ¿Cuánto es el gasto de bolsillo de las personas que tienen una enfermedad crónica no transmisible en Chile?, ¿Cuántas personas en Chile tienen un gasto catastrófico en salud?

Karen Patricia Moreno Sánchez

Maestra en Salud Pública y Doctorante en Ciencias de la Salud

Pasante en la Universidad Santo Tomás, sede Los Ángeles

Universidad Veracruzana, México