Opinión

Ley de conciliación de vida personal, familiar y laboral: desafiando a los dinosaurios laborales

CEO Club de la Felicidad

Roberto Puentes, Club de la Felicidad
Roberto Puentes / FUENTE: Club de la Felicidad

En un hito histórico, el Presidente de la República, Gabriel Boric, promulgó la Ley de Conciliación de vida personal, familiar y laboral, marcando un paso significativo hacia una sociedad que valora y respalda la autonomía laboral. Esta legislación no solo redefine la relación entre empleadores y empleados, sino que también se erige como un pilar para el impulso de mejores condiciones laborales en Chile.

El corazón de esta ley tiene su enfoque en el derecho parcial o total al trabajo a distancia o teletrabajo, especialmente para aquellos trabajadores que desempeñan el papel crucial de cuidar a niños menores de 14 años, personas con discapacidad o en situación de dependencia severa o moderada. No solo se trata de una respuesta a las necesidades cambiantes de la sociedad, sino que también constituye un reconocimiento tangible del valor del trabajo no remunerado en el ámbito doméstico.

Más de 1 millón 858 mil personas ahora tendrán el derecho preferente de usar su feriado legal durante las vacaciones escolares, una medida que reconoce y respalda a quienes dedican su tiempo a cuidar a los más jóvenes de nuestra sociedad. Además, más de 363 mil trabajadores podrán acordar modalidades de trabajo híbridas con sus empleadores, subrayando la flexibilidad y la confianza depositada en los colaboradores.

La pandemia nos enseñó que muchos roles pueden realizarse de manera remota, y esta ley es un paso clave hacia la consolidación de una nueva era laboral en Chile. Ya no estamos en la época en la que el jefe pasaba por atrás de cada puesto de trabajo para asegurarse de que todos estuvieran produciendo en sus puestos. La confianza se erige como el cimiento de este nuevo entorno laboral moderno.

Pero más allá de las evidentes ventajas para padres y madres que equilibran el cuidado de sus hijos con sus responsabilidades laborales, la Ley de Conciliación simboliza un avance hacia la autonomía laboral. Al confiar en los colaboradores, se abre la puerta a un ambiente laboral donde cada individuo tiene la libertad de gestionar su tiempo y espacio de trabajo de manera eficiente y efectiva.

Esta autonomía no solo impulsa la eficiencia laboral, sino que también desempeña un papel crucial en la desarticulación de los estereotipos arraigados en nuestra sociedad. Los datos revelados por la última Encuesta Nacional de Empleo destacan la realidad actual: la tasa de participación laboral se sitúa en un 52%, con un 71% en el caso de los hombres. Al examinar a aquellos inactivos en la fuerza laboral debido a responsabilidades familiares, la disparidad se acentúa. Mientras que los hombres representan el 3,4%, las cifras alcanzan el 33% en el caso de las mujeres. Estos números subrayan la necesidad de abordar las inequidades existentes y trabajar hacia un entorno laboral más inclusivo y equitativo.

En este sentido, la Ley de Conciliación se alinea con el propósito fundamental de empoderar a los trabajadores y trabajadoras, promoviendo la igualdad y la diversidad en el ámbito laboral, y contribuyendo a elevar los niveles de bienestar. Su discusión en el sector público refleja la necesidad de abordar este tema de manera integral en todos los ámbitos de la sociedad.

Esta ley no solo nos brinda felicidad al proporcionar flexibilidad y equidad, sino que también nos libera de las ataduras del pasado, dando paso a una era donde la autonomía laboral y la confianza son los pilares de un Chile más inclusivo y justo. Avanzamos hacia un futuro donde cada trabajador puede aspirar a un mayor bienestar, en entornos laborales más saludables que fomenten el equilibrio mental, sin perjuicio de las responsabilidades de cuidado familiar que puedan tener. Esta ley impulsa nuestro bienestar y contribuye significativamente a potenciar nuestra felicidad.

Roberto Puentes K.

CEO Club de la Felicidad

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