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Es una pregunta que muchos se han planteado, desde estudiantes hasta profesionales. A menudo se cuestiona la utilidad de esta disciplina, especialmente entre quienes no la estudian directamente. Reflexionemos sobre esto en tres aspectos esenciales: Matemáticas para el trabajo, para pensar y para vivir mejor.
Matemáticas para el trabajo: En toda sociedad, el avance en ciencia y tecnología está estrechamente ligado a la presencia de expertos en matemáticas. No es exclusivo de carreras científicas o ingenieriles; disciplinas como psicología, periodismo y leyes también requieren habilidades matemáticas para interpretar datos, hacer estadísticas y generar algoritmos. En Chile, alrededor del 80% de las carreras universitarias y el 70% de los programas técnicos profesionales incluyen al menos un curso de matemáticas. Incluso en carreras donde no es evidente, muchas asignaturas aplican conceptos matemáticos esenciales para la profesión. Por tanto, dominar las matemáticas puede mejorar tu desempeño profesional, incluso en áreas aparentemente alejadas de esta disciplina.
Matemáticas para pensar: Esta disciplina entrena el cerebro para reflexionar, analizar y resolver problemas. No se trata solo de ecuaciones; es aprender a dividir problemas en partes, ser meticulosos y encontrar soluciones lógicas. Las empresas valoran a quienes tienen estas habilidades, no solo para hacer cálculos, sino para mantener un pensamiento agudo ante desafíos complejos. Así, las matemáticas no solo nos enseñan a resolver problemas numéricos, sino a enfrentar la vida con una mente clara y estructurada.
Matemáticas para vivir mejor: Aunque pueda parecer extraño, las matemáticas pueden mejorar nuestra calidad de vida. Las clases de matemáticas generan ansiedad en muchas personas, pero también ofrecen una oportunidad para aprender a gestionarla. Resolver problemas requiere calma y, a veces, pedir ayuda sin vergüenza. Si nos enfocamos solo en los resultados, perdemos la oportunidad de disfrutar del proceso de aprendizaje. No se trata de hacer las matemáticas más ligeras, sino de evitar que se conviertan en una fuente de estrés. Además, las matemáticas fomentan la creatividad, desafiando la idea de que son lo opuesto a la imaginación. Resolver un problema de múltiples formas es más enriquecedor que repetir soluciones mecánicamente.
En resumen, las matemáticas no solo son una herramienta útil en el trabajo, sino que también enriquecen nuestro pensamiento y nos ayudan a vivir mejor. Aunque el mundo en que vivimos está construido sobre cálculos matemáticos, su verdadero valor radica en cómo pueden mejorar nuestras vidas y nuestro razonamiento cuando entrenamos matemáticas.
Natalia Pérez Cabrera
Profesora de Matemática y Educación Tecnológica
Magister en Didáctica de la Matemática
Docente UST - Los Ángeles
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