El año 2000 para algunos fue una fecha que se manifestaría con varios fenómenos mundiales, otros tantos espaciales, religiosos, una especie de "acabo de mundo", finalmente fue uno más, sin nada importante. En efecto, junto al INE, en el Senado comenzamos a observar nuestro futuro demográfico a propósito que un par de años más de ese momento -2002, que ahora recuerdo- se realizaría el Censo, cumpliendo con la obligación de contarnos cada diez años. ¿Cuántos seríamos?

Habíamos conocido un informe sobre la realidad social de EEUU en que se manifestaba la existencia de seis millones de norteamericanos viviendo en la extrema pobreza, un 2% de su población y quisimos saber qué porcentaje de extremadamente pobres era el chileno, a la luz del inmenso caudal de recursos públicos destinados a eliminar la pobreza en Chile. Se concluyó que nosotros éramos el 5%.  Más del doble, porcentualmente que el norteamericano pero algo distinto en los objetivos. Mientas ellos expresaban que "ese 2% será permanente a pesar de todas las ayudas dispuestas para estas personas que viven en la calle, ya que, por mentalidad no dejarán la calle jamás". Nosotros en cambio, creíamos que de ese 5% en extrema pobreza, al menos un 2% quería salir de este estado. Hoy si fuera el 5% extremadamente pobre, tendríamos un millón de personas en tales condiciones y creo que no es así, aunque han aumentado los pordioseros en las esquinas y otros lugares, cosa que también colabora el migrante.

Transcurrido 24 años, seguimos igual o peor. El problema que surgió, por la necesidad presupuestaria en la ayuda social, era saber si continuaríamos creciendo o decreciendo en la población. En esa ocasión el INE concluía que "si mantenemos esta baja poblacional con menos nacidos en Chile, se concluye que la máxima población criolla se manifestará el 31 de diciembre de 2018, alcanzando nuestro país una población de 18 millones de personas". Recuerdo que, a modo de curiosidad observamos la proyección poblacional de Los Ángeles y concluíamos que ese mismo año, 2018 Los Ángeles llegaría a su máximo con algo así como 180 000 habitantes, "no llegará a los 200 000". Eso quedó claro.

En esa misma ocasión conocíamos otros antecedentes sobre lo mismo. Por ejemplo, el crecimiento poblacional del mundo se terminaría el 2030. Por lo demás, el gobierno chino anunciaba que su población llegaría a su máximo histórico ese año. Otros países se adelantaban a esto de detener el aumento poblacional, Europa completo, otros y algunos, detendrían su aumento poblacional en otras fechas, como nuestro caso el 2018. Sin embargo, localmente cambiaba el panorama. La baja de natalidad fue reemplazada por dos millones de extranjeros que en tan solo cuatro años, copaban nuestro país y a su vez, las comunas pequeñas, emigraban hacia ciudades intermedias, Los Ángeles entre otras, creando mayor población. Si bien es cierto en este último caso, no crecía poblacionalmente Chile, pero si aumentaban estas ciudades del eje central.

De lo anterior, concluimos que seguramente este periodo de nuestra historia ha sido el más "movido" en materia poblacional y los nuevos municipios que asumen pronto, deberán, los más pequeños, hacer algo para el despoblamiento de su comuna y el de la ciudad mayor, otro tanto para evitar ser objetivo de vida de las comunas menores.  Y para ello, un primer camino, convencerse la autoridad municipal que su comuna puede ser una comuna "dormitorio", primer asunto que resolver. Seguir llorando porque no se va las industrias a su comuna, no sirve para nada.

Mario Ríos Santander