"A mi hija casi la matan y la justicia no hace nada": Angustiada madre pidió prisión para agresor

Una querella por los delitos de violación frustrada y lesiones graves presentó la familia de una joven de 15 años que fue atacada sexualmente el pasado viernes en Los Ángeles, hecho registrado en el sector El Avellano, zona nororiente de la ciudad de Los Ángeles.

El supuesto agresor fue identificado como José Ignacio Castillo Pacheco, de 27 años, quien era pareja de la madre de la afectada. Este hombre habría intentado violar a la menor, luego las emprendió contra el hermano de la víctima que quedó lesiones grave. Aunque se dio a la fuga, finalmente fue detenido.

Sin embargo, en la audiencia de formalización de cargos, el tribunal estableció que el sospechoso solo quedara con la medida cautelar de arresto domiciliario nocturno. Esta decisión es la que quiere modificar la familia por la de prisión preventiva, mientras se lleva adelante la indagación.

Diario La Tribuna conversó con Margarita Carrasco, madre de la adolescente atacada en el sector El Avellano, quien criticó la decisión judicial que determinó que el hombre esté con arresto domiciliario nocturno.

Explicó que por esa razón presentaron una querella "porque mi hija fue abusada e incluso este individuo intentó matarla. También lo hizo con mi hijo que igual lo quiso matar, lo dejó inconsciente".

La atribulada progenitora aseguró no entender "cómo en el Juzgado de Garantía no hace nada y cómo esa jueza dejó libre a este criminal, porque fue detenido al otro día en la noche y pasó a control de detención pero lo dejaron con medida cautelar de arresto domiciliaron nocturno. Él es un peligro para la sociedad".

La mujer dijo tener "mucho miedo porque él podría hacer cualquier cosa, y de verdad no entiendo cómo a una niña de 15 años casi la matan, la violan, y la justicia no hace nada. No quiero que mi hija se convierta en una segunda María de Jesús", en referencia al asesinato de la adolescente María Jesús Troncoso Muñoz, de 16 años, hecho ocurrido en octubre pasado, quien fue asesinada por su vecino, un ex funcionario de Carabineros que había sido condenado hace años por varios asaltos vistiendo el uniforme policial.

Además de reclamar que hasta la fecha la fiscalía no se ha contactado con ella, en la acción legal piden que se revoque el arresto domiciliario por la medida de prisión preventiva "mientras dure la investigación, no lo dejen en la casa, eso es hacerle un favor. Él es un peligro para la sociedad, de todas maneras, porque pensé que esta persona podía ser tan sádica".

INCIDENTE

La madre relató que el ataque ocurrió el viernes cuando ella se encontraba en su trabajo. Ese momento fue usado por el sujeto para ingresar a la vivienda por la fuerza: "Dijo que no haría nada pero después la empezó a agredir, pateó la puerta de su pieza, la tomó por el pelo, la sacudió y la golpeó por toda la casa. Incluso, la asfixió con ropa interior de ella misma, hasta el minuto que no podía respirar porque con su mano le cubrió la nariz y boca. Al final, cuando ya ella no podía respirar, le dijo que por favor parara y que haría lo que él quisiera, pero que por favor no la matara".

La historia pudo haber tenido un trágico desenlace pero la joven "valientemente dejó que el tipo le hiciera lo que él quisiera para así hablarle a mi hijo y decirle que por favor viniera a la casa, que era de vida o muerte, que no importaba el trabajo (...) le escribió".

Inmediatamente el joven llegó y le avisó a su madre para que fuera al hogar, lo que hizo en compañía de su jefa del trabajo. "Mi hija estaba en calzones, con polera, toda golpeada. Ahí me dice ‘mamita, por favor, anda a ver a mi hermano que no lo escucho, y gritaba, este desgraciado lo mató’. Abrí el portón y traté de verlo pero no lo encontré porque una vez que (el atacante) lo dejó inconsciente, lo metió en la casa y cerró la puerta con llave por dentro".

Aunque la mujer intentó abrir la puerta a patadas, finalmente abrió una ventana donde vio a su hijo tendido en el suelo, con lesiones graves producto de los golpes. Margarita Carrasco relató que en ese momento "le grité ‘hijo, por favor, respóndeme’. Intentaba hablarme pero no se le entendía pues ya estaba mal. Traté de darle ánimo para que se arrastrara y me abriera la puerta. Cuando lo hizo, lo pude ver y fue horrible ya que se ensañó con su cabeza, tenía marcadas sus zapatillas en la cara, tiene golpes por todo el cuerpo, tiene fracturada la nariz".