La Policía de Investigaciones (PDI) ha logrado la detención de Mario Montoya Burgos, ex cabo de Carabineros, quien fue condenado por la violación de los derechos humanos en el marco de la masacre de Laja y San Rosendo, uno de los casos más emblemáticos de crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Montoya, quien había sido sentenciado a 15 años de prisión, llevaba más de un año prófugo de la justicia hasta que su captura se concretó el jueves 6 de marzo en la Región de la Araucanía.
El arresto fue confirmado por Emilio Araneda, hijo de una de las víctimas del caso, quien expresó su satisfacción por el trabajo de la PDI en poner fin a la fuga de Montoya.
"Este es un paso importante hacia la justicia, un avance que tanto esperábamos las familias de las víctimas", afirmó Araneda, destacando que la detención representa un logro en la lucha por la justicia.
Montoya, junto a otros miembros de Carabineros, fue condenado por su participación en la Matanza de Laja y San Rosendo, ocurrida en 1973, que dejó un saldo de 19 muertos, trabajadores de la papelera de Laja y de la empresa Ferrocarriles del Estado, quienes fueron brutalmente asesinados bajo órdenes de la dictadura.
La Corte Suprema de Chile dictó sentencias definitivas el año pasado, reconociendo a Montoya y otros carabineros como responsables de estos crímenes.
El contexto de la masacre y las condenas
La masacre de Laja y San Rosendo se ha convertido en uno de los casos más emblemáticos de violaciones a los derechos humanos en Chile.
Durante la dictadura, se desató una serie de asesinatos extrajudiciales y represalias contra trabajadores y opositores al régimen, muchos de los cuales fueron torturados y ejecutados por las fuerzas militares y de policía.
En el caso de la matanza de Laja, se trató de un operativo que tuvo como objetivo amedrentar a la población trabajadora que protestaba en contra del régimen.
La condena de Montoya y otros implicados en el caso, como el teniente (r) Alberto Fernández Mitchell, llega tras años de lucha judicial y la incansable búsqueda de justicia por parte de los familiares de las víctimas.
A pesar de la condena de Montoya, aún se encuentran prófugos varios responsables, entre ellos Fernández Mitchell, quien enfrenta una pena de presidio perpetuo por su participación directa en los homicidios.
Reacciones de las víctimas y sus familias
Gloria Urra, vocera de la agrupación de familiares de las víctimas de la masacre de Laja y San Rosendo, también confirmó la detención de Montoya y se mostró satisfecha con el progreso en el caso.
"Es un alivio ver que la justicia avanza, pero seguimos luchando por la captura de Alberto Fernández Mitchell, quien no solo debe rendir cuentas por los crímenes en Laja, sino también por las atrocidades cometidas en otros puntos del país durante la dictadura", señaló Urra.
El ministro en visita, Waldemar Koch, quien lleva la causa de la masacre, ha indicado que la investigación sigue en curso y que las autoridades continuarán buscando a los responsables aún prófugos, como el teniente (r) Fernández Mitchell.
Por su parte, el Poder Judicial se mantiene atento a los avances en el cumplimiento de las condenas, ya que la aplicación de la justicia en estos casos sigue siendo un tema sensible y relevante para muchos sectores de la sociedad chilena.
En cuanto a Montoya, su detención fue la primera de los condenados que se encontraban fugados, lo que podría marcar el inicio de una serie de arrestos de otros responsables.
El ex cabo de Carabineros Mario Montoya Burgos ya se encuentra recluido en el Complejo Penitenciario Bío Bío, donde comenzará a cumplir su condena de 15 años de prisión efectiva, mientras las familias de las víctimas continúan su lucha por el reconocimiento y reparación integral por los crímenes sufridos durante la dictadura.