“El proyecto que crea el Ministerio de Seguridad tiene una serie de flancos abiertos pendientes que deben ser resueltos”, aseguró el senador Enrique van Rysselberghe Herrera.
El congresista sentenció que este proyecto tiene una serie de temas no resueltos, como la autonomía de las policías para desarrollar sus labores o la dependencia de la ANI que quedó en el Ministerio del Interior, entre otros.
“En conclusión, el proyecto tiene una serie de flancos abiertos pendientes que deben ser resueltos para que este nuevo ministerio sea de verdad un aporte y no un nuevo problema en el combate a la delincuencia”. Con estas palabras el Senador de la región del Biobío, Enrique van Rysselberghe manifestó sus reparos al proyecto que crea el Ministerio de Seguridad.
Sobre el punto, el parlamentario sostuvo que, en general, el proyecto que crea el Ministerio de Seguridad “ha sido bastante mal trabajado por parte de la Subsecretaría de Prevención del Delito, quien por medio de una indicación sustitutiva cambió el texto original de la iniciativa, pasando de la creación de una institución dedicada exclusivamente al combate de la delincuencia, a una que pareciera que su única función es el control e intervención civil en Carabineros de Chile y en la PDI”.
Asimismo, van Rysselberghe agregó que el proyecto tiene una serie de temas no resueltos, “como la autonomía de las policías para desarrollar sus labores; la dependencia de la ANI, que quedó en el Ministerio del Interior y no en este nuevo Ministerio de Seguridad; el informe desfavorable de la Corte Suprema a la idea de un “sistema de seguridad nacional”, el cual puede poner en riesgo la independencia de las instituciones”.
Por último, el Senador UDI indicó que el contrapunto de este proyecto, es el de delincuencia organizada, “que lo trabajó la Subsecretaria del Interior por medio de una mesa técnica con los Senadores y en donde llegamos a importantes acuerdos que permitirán regular y dotar a las policías y al Ministerio Público de herramientas necesarias y efectivas que actualmente son fundamentales para el combate del crimen organizado, como la interceptación telefónica y de equipos computacionales, los agentes reveladores y encubiertos; el comiso anticipado o por equivalencia, entre otras”.