"La Primavera Gris": En qué consiste particular fenómeno depresivo por cambio de estación

Este sábado 23 de septiembre inició oficialmente la primavera en Chile, una de las estaciones más ‘alegres’ asociado a la mayor duración de los días, una luz diurna con más intensidad de lo habitual, temperaturas alejadas de los fríos del invierno y, por supuesto, el brote y crecimiento de las flores.

Sin embargo, existe un fenómeno que resulta contrario a un estado anímico activo, y ha sido descrito por los profesionales como la "Primavera gris".

En ese contexto, el equipo de prensa de diario La Tribuna resolvió las principales preguntas en torno a este no muy conocido suceso de la mano del Dr. Josué Leiva, psiquiatra de adultos de Clínica Las Condes.

¿QUÉ ES LA PRIMAVERA GRIS?

En palabras del entrevistado, este "es un término que se ha acuñado producto de que en las primaveras, en general, ocurre un fenómeno extraño si consideramos que es una estación donde hay una revitalización de la naturaleza asociado a su periodo de floración, pero que en algunas personas vulnerables esto implica una baja de ánimo (...) En concreto, suelen aparecer unas formas de episodios depresivos relacionados con el cambio de estación".

¿A QUIENES PUEDE AFECTAR?

De acuerdo con el Dr. Leiva, este es un fenómeno que no suele discriminar: "En general se ha dado en toda la población, no obstante, hay formas de predisposición en personas que tienen antecedentes familiares de depresión o que han tenido depresiones en otros momentos de la vida. A este grupo de personas se les puede considerar más propensos a tener depresiones en momentos especiales del año". De todas formas el especialista recalca que "la Primavera gris se ha descrito en toda la población y no es específica de un grupo particular".

¿CUÁL ES SU ORIGEN?

Por un lado, comenta el Dr. Leiva, "tiene una parte biológica que tiene que ver con la sensibilidad a los cambios de luz, la sensibilidad a haber estado en un estado emocional similar a una hibernación durante el invierno, caracterizado por tener menos energía y menor actividad, en especial en personas que tienen la tendencia a dormir mucho más en invierno (...) Estos pacientes al llegar el cambio de luz de la primavera no tienen un rápido cambio del estado de ánimo y siguen todavía en un estado emocional más apagado. Al ver que todo alrededor se revitaliza y ellos no, empiezan a sentir mayor tristeza".

Por otro lado, "hay un factor ambiental que tiene que ver, efectivamente, con el cambio de luz (...)  Esta es una situación que se describe con más claridad en la latitud en donde estamos nosotros, ya que en otras partes del mundo no hay un cambio tan brusco desde el invierno a la primavera. Las estaciones son mucho más estables en relación con su cantidad de luz solar, es decir, son mucho más estables (...) A la larga esto repercute en el trastorno de ánimo estacional que se relaciona con esta sensibilidad biológica a la luz".

¿EXISTE ALGÚN RIESGO ASOCIADO?

Según el entrevistado, existe un riesgo real de que estos episodios lleguen a decantar en un diagnóstico de depresión: "Ahí radica la importancia de educar acerca de los estados de ánimos en la primavera y sus cambios, porque, finalmente, tenemos personas que no entienden el motivo de su tristeza a pesar de que todo está revitalizando a su alrededor (...) A nosotros, en particular, se nos junta con la época de las fiestas patrias, que es una época de mucha celebración y coincide justo con el cambio de estación. Entonces sí son factores que pueden llevar a una persona a deprimirse profundamente".

¿CÓMO EVITAR SUS CONSECUENCIAS?

En este punto, el Dr. Leiva recalca lo importante de la prevención y el autocuidado: "Se pueden tomar medidas, por ejemplo, con el hecho de que haya más luz solar las personas que están en este estado como más gris emocionalmente pueden utilizar el deporte como factor protector del ánimo (...) Salir más, estar en contacto con otras personas en actividades sociales que se dan con mayor intensidad y frecuencia también son factores súper protectores".

"Lo otro es el cambio de alimentación, se puede empezar a ver más posibilidades de nutrición con cosas propias de la estación. Ya nos despedimos de las comidas de invierno que son más bien apagadas, más llenas de carbohidratos y puede existir un cambio en la dieta en torno a mayor verduras y frutas (...) Eso también suele contribuir a mantener estados de ánimo mucho mejores, sumado a una mayor disponibilidad de vitaminas y minerales", zanja el Dr. Josué Leiva, psiquiatra de adultos de Clínica Las Condes.