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A nivel mundial se ha fijado una fecha específica para hablar de un problema de salud que va en aumento. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) se han definido como alteraciones específicas y severas en la ingesta de los alimentos, observadas en personas que presentan patrones distorsionados en el acto de comer y que se caracterizan por comer en exceso o por dejar de hacerlo.
Cada 30 de noviembre tanto entidades como profesionales de la salud generan instancias para visibilizar estas enfermedades con el objetivo de entregar herramientas a las comunidades que permitan prevenir su incidencia. Una decisión sensata al considerar que los TCA, luego de la pandemia por coronavirus, han cuadruplicado el número de pacientes afectados.
CÓMO SE ORIGINA
En conversación con el diario, Pamela Lara, psiquiatra de adultos de la Clínica Las Condes, profundiza las distintas aristas de este grupo de enfermedades presentes en Chile y el mundo: "Estas patologías no tienen un origen único, sino que son el resultado de múltiples variables que confluyen y que dan como resultado la aparición de un trastorno de conducta alimentaria", comenta.
"Existen algunos antecedentes en estudios que hablan de influencia genética, pero también hay factores ambientales como, por ejemplo, el inicio precoz en la realización de dietas y el culto a la delgadez presente en las redes sociales", siendo una realidad masificada gracias al establecimiento de estereotipos y el acceso cada vez más prematuro a los teléfonos inteligentes.
GRUPOS MÁS AFECTADOS
Si bien la entrevistada deja en claro que los TCA no discriminan, y pueden afectar a cualquier persona, existen grupos que históricamente han sido más afectados, como es el caso de los adolescentes: "Se ha descrito que en la adolescencia y la adultez temprana aparecen más frecuentemente estos diagnósticos, porque durante el periodo de la adolescencia la persona busca su identidad y la va conformando de acuerdo a sus pares", señala.
"Hoy en día", continúa, "se menciona a otro grupo de riesgo como lo son los universitarios, quienes están sometidos a un alto estrés académico, además de estar viviendo los cambios propios del paso de la adolescencia a la adultez, siendo esta otra etapa de crisis donde pueden surgir trastornos de la alimentación, justamente por la necesidad de establecer una identidad (...) En general los cambios de ciclo vital son un momento de riesgo para la aparición de un trastorno".
ANTE TODO PREVENCIÓN
Actualmente, los trastornos más comunes presentes entre la población son los TCA no especificados, es decir, trastornos que comparten características pero que escasean de criterios temporales o históricos para ser diagnosticados como tal. En cuanto a los más severos, la entrevistada menciona que "la mortalidad más alta está asociada al trastorno por anorexia nerviosa que tiene una alta tasa de mortalidad, alrededor de 12 veces la mortalidad de la población general, y que se da básicamente por los estragos en el metabolismo o por el lamentable suicidio del paciente".
"Es muy importante decir que desde el punto de vista médico y psicológico hay abordajes que están bien descritos, pero sin duda lo que más promovemos es la prevención (...) La prevención es el punto clave para controlar la aparición de esta patología, y esto lo podemos realizar descalificando que el ideal de belleza es la delgadez, eliminando la valoración de las personas de acuerdo a su físico, y evitando el inicio de dietas en edades tempranas, siendo este último el factor de riesgo más importante", menciona la Dra. Lara.
Al profundizar en el tratamiento de una persona ya diagnosticada, la entrevistada se detiene a explicar que consiste en el trabajo simultáneo de múltiples especialidades. En palabras de la psiquiatra: "El tratamiento es integral e incluye a varios profesionales de la salud entre ellos médicos nutriólogos, nutricionistas, psiquiatras, psicólogos individuales y psicólogos familiares".
"Esto, básicamente, porque los trastornos hacen estragos a nivel global en la salud del paciente, generando, de este modo, una serie de efectos colaterales en el cuerpo (...) Entonces somos una serie de actores profesionales que nos articulamos en un equipo para tratar a estos pacientes, por lo mismo, es importante mencionar que sí existe tratamiento y que para su efectividad es muy importante la ayuda de quienes rodean a la persona afectada", complementa.
UNA CRUDA REALIDAD
Para muchos el retorno a la ‘normalidad’ con el fin de la pandemia de coronavirus fue un alivio, sin embargo, distintas cifras evidencian un cambio preocupante en la salud de las personas. Tal como menciona la especialista, "previo a la pandemia existían cifras que evidenciaban rangos muy distintos (...) Los trastornos como anorexia o bulimia nerviosa iban en el orden de un 0,5 a 1 %, pero posterior a la pandemia estas cifras han aumentado muchísimo, tanto en adolescentes como en adultos, y hoy se alcanzan cifras en rangos de hasta un 4 % de bulimia".
"Por ejemplo, el trastorno por atracón puede presentarse hasta en un 10-15 % de la población, lo que ha cuadruplicado las cifras de TCA (...) El mensaje que transmito es que los profesionales de la salud sabemos lo que realmente es una lucha de los pacientes con trastorno de conducta alimentaria, es una lucha muy difícil donde ellos y sus familias tienen un sufrimiento importante, pero esa lucha no deben darla solos, tienen la posibilidad de pedir ayuda y de ser acompañados para trabajar juntos y luchar juntos en contra de la enfermedad", cierra la entrevistada de Clínica Las Condes.
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