Brasil reporta las primeras muertes por el virus del Oropouche: ¿Qué es y cuáles son sus síntomas?

Esta semana, Brasil registró las primeras muertes en el mundo atribuibles al virus del Oropouche, un arbovirus que ha comenzado a preocupar a las autoridades sanitarias.

Las víctimas, dos mujeres menores de 30 años, residían en el estado de Bahía, al noreste del país. Además, se está investigando un posible tercer deceso en el estado de Santa Catarina, donde se sospecha que la enfermedad podría haber sido la causa.

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¿Qué es el virus del Oropouche?

El virus del Oropouche es un arbovirus perteneciente a la familia Peribunyaviridae. Su principal forma de transmisión es a través de la picadura de insectos como el jején (Culicoides paraensis) y el mosquito Culex quinquefasciatus. Aunque la fiebre de Oropouche, como se denomina al cuadro clínico causado por el virus, puede confundirse con otras enfermedades como el dengue, hasta el momento no se ha documentado la transmisión de persona a persona, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además de Brasil, se han reportado brotes del virus en Bolivia, Colombia, Perú y Cuba, lo que subraya la importancia de la vigilancia epidemiológica en la región.

Síntomas y diagnóstico

El diagnóstico del virus del Oropouche se confirma mediante pruebas de laboratorio. Entre los síntomas más comunes se encuentran dolor de cabeza, fiebre, dolores musculares, rigidez en las articulaciones, náuseas, vómitos, escalofríos y sensibilidad a la luz.

En casos más graves, la infección puede evolucionar hacia meningitis u otras enfermedades neuroinvasivas.

Los síntomas suelen aparecer entre cuatro y ocho días después de la picadura del insecto, y la duración de la enfermedad es generalmente de tres a seis días.

Tratamiento y prevención

Actualmente, no existe un tratamiento específico para el virus del Oropouche. Por lo tanto, la atención médica se enfoca en aliviar los síntomas y monitorear la evolución de la enfermedad.

Dada la ausencia de un tratamiento directo, la prevención se convierte en la herramienta más efectiva para combatir la propagación del virus, especialmente en áreas donde el insecto vector es común.

Las autoridades de salud en Brasil y en otros países de la región están en alerta máxima para evitar que el virus se expanda y cause más víctimas. La cooperación internacional y la educación sobre las medidas preventivas son esenciales para controlar esta amenaza emergente.