El año pasado, Carabineros de Chile informó al Instituto Nacional de Estadísticas que recibió 75 denuncias por homicidio para la Región del Biobío.
El 2021, habían sido 49. Y en 2020, 43.
Es un alza notable, que duplica el promedio anual de la última década, en torno a las 34 denuncias anuales por este delito. Y la provincia de Biobío está en el centro del fenómeno.
La Tribuna Investiga solicitó a la Fiscalía Regional del Biobío, vía Transparencia, un resumen de algunos delitos de alta connotación pública, para conocer las cifras de 2013 a 2023.
Algunos datos llaman enseguida la atención. Hay nueve fiscalías locales en la región, y una que actúa a nivel de todo el territorio. Dos de ellas, Yumbel y Los Ángeles, están en la provincia. Y entre ambas, concentran la mayor parte de las denuncias efectuadas en el periodo.
Infracciones a la Ley de Armas, un 21.4% del total regional en el periodo. Ley de Drogas, un 27,2% del total, y homicidios, un 21,8%.
Dos fiscalías, una población de algo menos de 500 mil habitantes, se llevan una proporción mayor que las demás.
Según fuentes policiales consultadas por La Tribuna Investiga, los números reflejan una tendencia de los últimos años. Antes, un homicidio podía estar ligado a una riña y el consumo de alcohol, ahora, están vinculados a ajuste de cuentas o líos entre bandas rivales.
Las autoridades han tomado cartas en el asunto, creando programas como Calles sin Violencia. La Fiscalía creó una nueva unidad, llamada Equipo de Crimen Organizado y Homicidios.
Recientemente, el centro de estudios Faro UDD, de la Universidad del Desarrollo, publicó un análisis sobre los homicidios cometidos en la última década en toda la región del Biobío. Es desalentador: El primer semestre de 2023 tiene un alza del 20% en comparación al mismo periodo del 2022.
Según el estudio, "Biobío para este año ya marca 7,91 homicidios por cada 100.000 habitantes, mientras que en el mismo periodo la región Metropolitana marcó 7,49".
Avenida Las Industrias, 30 de abril de este año, discoteca Knock Out.
Esa madrugada, una persona ingresa al local nocturno, y dispara sobre un grupo de jóvenes que se encontraba en el lugar. Un adolescente fallece inmediatamente y otro resulta grave.
El hecho, según informan fuentes policiales a La Tribuna Investiga, se origina en una rencilla entre bandas rivales. Una persona, detenida en la cárcel de Concepción, informa de la presencia de un competidor en esta discoteca, y envía un sicario para asesinarlo.
Solo que los jóvenes que estaban en Knock Out no tenían nada que ver. El enviado confunde a uno de ellos con la que debió ser la víctima, que sigue viva. El hecho, inaudito en su violencia y desafortunado en su resultado, grafica las características de la actual ola.
Según el director de Seguridad de la Municipalidad de Los Ángeles, Jorge Rodríguez, es un hecho de tipo nuevo. La cantidad de delitos no ha subido tanto en la última década. Ha cambiado la modalidad, ya los delitos son más violentos y los homicidios generalmente son con arma de fuego", informa el directivo.
"Y lo que hemos podido recabar, fundamentalmente en conversación con policías, es que estos homicidios han tenido que ver con ajustes de cuentas entre bandas rivales", agrega.
Sobre los motivos, Rodríguez dice que no hay uno solo que explique el panorama. "Yo creo que el principal motivo, es que Los Ángeles en los últimos diez años ha crecido bastante. Es una ciudad que tiene una economía fuerte. Eso es una cosa, lo otro es el tema de la pandemia, que fue el periodo en que comienzan a aparecer este tipo de bandas que no teníamos antiguamente", explica.
"Es una arista local, de un problema nacional", sentencia.
El primero de septiembre de este año, la sociedad angelina se conmocionó al conocer que, dentro de una mochila abandonada en la calle, en la población Dos de Septiembre, se encontraron restos de una persona desmembrada.
El autor, un hombre de 32 años, fue formalizado la semana siguiente. Estos hechos noticiosos precedieron la llegada de Claudia Illesca a la presidencia de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Los Ángeles.
"Hay un impacto de esto, directo, en el comercio. Y el último eslabón, son las ventas", dice Illesca.
"Esto lo notamos en seguida en el comercio, no solo en Los Ángeles, sino a nivel nacional. Los centros de las ciudades se están despoblando, vemos cómo sube la cesantía. Es toda una cadena, que si no se enfrenta entre todos, si no se soluciona lo antes posible, vamos a ver cómo afecta aún más al comercio, al empleo", subraya.
Tanto Rodríguez como Illesca se han reunido para discutir el tema y plantear soluciones. No sólo entre sí, también con autoridades regionales, la Delegación Provincial y las policías.
Forman parte de un trabajo conjunto, que desde abril de este año tomó forma en el plan denominado Calles sin Violencia, inédita iniciativa para enfrentar al crimen organizado y de la que Los Ángeles forma parte.
"También tenemos en carpeta un dron. De alta gama, que permita apoyar el trabajo en seguridad", cuenta. "Pero es un trabajo a largo plazo", dice.
Con fondos propios y proyectos obtenidos, la Oficina de Seguridad e Inspección municipal anunció que destinará $640 millones para, fundamentalmente, trabajo preventivo.
Tecnología, como cámaras de seguridad y un dron, forman parte del paquete.
Es una inversión relevante, y da una idea del impacto de la inseguridad en otras áreas. La misma cifra, $640 millones, se destinó el año pasado para dotar a Villa Génesis de un Centro Comunitario de Salud.
El plan Calles sin Violencia fue lanzado en abril de este año, en el marco de una subida en los delitos de alta connotación pública. Se trata de un esfuerzo a nivel central, una estrategia de largo plazo que busca enfrentar a organizaciones criminales, y que concentra su trabajo en las comunas que tienen mayor cantidad de delitos de este tipo.
En la región, se implementará en Los Ángeles, Concepción y Coronel.
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