Las esperanzas en el nuevo alto mando de Carabineros

Antiguamente, hasta en los libros que se les entregaban a los turistas, se les indicaba que un carabinero era incorruptible.

A diferencia de lo que ocurre a vista y paciencia de las personas en otros países de Latinoamérica como Bolivia o Argentina, en Chile, si alguien intenta sobornar a un policía, le caen las penas del infierno.

Pero lamentablemente, se destaparon los miles de millones de pesos en el desfalco más grande de la historia de la institución, protagonizada por ellos mismos. Funcionarios de carrera que profesaban los valores de servicio a la patria y que terminaron siendo peores que los delincuentes que debían detener.

Junto con eso, el área de inteligencia se desplomó en su credibilidad por el tongo que fue la Operación Huracán, que como no se veía, dejó un quiebre entre la fiscalía y la institución y un polémico operativo de la PDI que consistió en el allanamiento a las oficinas de Inteligencia Operativa Especial de La Araucanía. 

Por esta razón, el ex general director, Bruno Villalobos, fue el primero en salir con la llegada del nuevo gobierno. Su falta de control sobre el mando quedó en evidencia, más aún cuando partió de vacaciones al extranjero en medio de la crisis.

Pero hoy ya no está y se respiran nuevos aires. El nuevo general director, Hermes Soto con el apoyo del Gobierno, están dando paso a la limpieza institucional, buscando bajo todos los mecanismos, extirpar a las manzanas podridas que han desmoronado el prestigio y la credibilidad de la otrora más valorada y confiable institución del país.

Dentro de todas las medidas que se están tomando como la disolución de inteligencia, la subida de muchos coroneles al alto mando y tantas otras, hay una misión que también reviste de gran importancia y es la admisión.

Los filtros para admitir a los nuevos en Carabineros de Chile debe ser mucho más estricto, más exigente y donde se privilegie a los que tienen verdadera vocación y no a los que buscan el buen sueldo y una jubilación temprana, que de esos hay muchos.

La ciudadanía está confiada de que este descabezamiento traerá resultados positivos, aunque la reconstrucción de la confianza, no será nada fácil y no es algo que se podrá sólo imponer porque la ley lo indique. El respeto se gana y por culpa de algunos, se perdió. Recuperarlo está en los nuevos y en los antiguos que jamás se han vendido por dinero o privilegios. A rescatar a Carabineros de Chile, ahora.