El Servicio Agrícola y Ganadero de Biobío (SAG) explicó que están monitoreando a la población de aves tanto silvestres como de traspatio y ponedoras industriales, con el fin de mantener la condición chilena de "Libre de Influenza Aviar en Aves de Corral".
Lo anterior a través de la aplicación de encuestas de bioseguridad y un catastro fidedigno de trazabilidad, último punto cuya responsabilidad es de cada uno de los tenedores de aves en la región.
Al ser consultado por diario La Tribuna, desde el SAG aseguraron que emplean GPS’s y mapas de dispersión espacial para vigilar los brotes de influenza aviar, con el objetivo de identificar las rutas de vuelo, lugares de anidación y puntos de concentración de aves silvestres georreferenciando esta información.
De esta manera esperan facilitar la focalización de futuros muestreos para el seguimiento de la enfermedad y la identificación de zonas de riesgo.
MONITOREO DE LA POBLACIÓN DE AVES SILVESTRES
Desde que se detectó el primer caso de influenza aviar de alta patogenicidad en diciembre de 2022 en Chile, el SAG declaró Emergencia Zoosanitaria en todo el territorio nacional. A pesar de las medidas, dicha emergencia se mantiene vigente.
Sin embargo, en agosto de 2023 Chile se declaró oficialmente "País Libre de Influenza Aviar en aves de corral", hito que facilitó "la reanudación de las exportaciones de productos avícolas, reviviendo sectores económicos que se vieron afectados por el cierre de mercados internacionales", comentó el director nacional del SAG, José Guajardo Reyes.
A futuro, "la recopilación de datos a través de dispositivos GPS instalados en aves silvestres facilitará la focalización de muestreos de seguimiento de enfermedades y la identificación de zonas de riesgo, contribuyendo así al cuidado y manejo efectivo de las poblaciones de aves silvestres en distintas regiones". Dicho trabajo va de la mano con operativos enfocados a nivel doméstico en los traspatios de aves de corral.
MEDIDAS DE BIOSEGURIDAD
En los comúnmente conocidos como "gallineros", funcionarios del SAG de Biobío están aplicando encuestas de bioseguridad, a través de las cuales se busca conocer las medidas preventivas implementadas para evitar el ingreso de enfermedades exóticas, como, por ejemplo, Influenza Aviar.
Al respecto, el director regional del SAG, Roberto Ferrada, señaló que debido a la situación del año pasado, el servicio creó "el Sistema Nacional de Bioseguridad para Establecimientos Pecuarios, de la cual emanan dos pautas, una para planteles industriales y otra para tenedores de aves domésticas".
El personero adelantó que en el segundo semestre de 2024, esta pauta será fiscalizada, por lo que "invitamos a todos los dueños y dueñas de aves de corral a abrir las puertas de sus casas para que los funcionarios del SAG, debidamente identificados, puedan cursar esta pauta y dejen las recomendaciones de bioseguridad, relacionadas principalmente con la infraestructura, de acuerdo a la realidad económica de cada propietario, pero debe dar las garantías necesarias de aislar las aves domésticas de las aves silvestres".
RECOMENDACIONES SANITARIAS
El director regional del SAG, Roberto Ferrada puso énfasis en la importancia de un buen manejo del alimento y agua, e ingresar al gallinero con calzado de recambio o contar con un pediluvio para no movilizar el virus al gallinero.
Es fundamental la trazabilidad, saber dónde se compró el alimento, a quién se le vendieron aves, qué se hizo con las aves que murieron y qué pasó con los huevos que no estaban en condiciones de comercializarse. Dicha información debe estar registrada, ya que en caso de una emergencia sanitaria se requieren esos antecedentes para tomar las mejores decisiones.
A la fecha se han visitado unos 400 traspatios de aves de corral en las zonas aledañas a los 13 planteles industriales de aves en la región.
Entre las medidas de prevención recomendadas se cuenta mantener a las aves en un lugar protegido aislado; proteger el agua y alimentos que puedan atraer a aves silvestres; desinfectar las instalaciones de las aves de forma periódica; mantener a las aves ingresadas de otros orígenes separadas de las propias por 21 días; controlar el ingreso de personas, utensilios, animales y vehículos y lavar manos con agua y jabón desinfectante después de manipular aves.