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Uno de los problemas que, a veces, enfrentan las familias chilenas a la hora de adquirir un terreno, es encontrarse con un área que no cuenta con los requerimientos legales para ser vendida, como los metros cuadrados mínimos que exige la legislación.
Debido al desconocimiento y desinformación, muchas familias -especialmente las de situación de vulnerabilidad económica- caen en este tipo de malas prácticas, que no es otra cosa que una estafa y, por ende, un delito penado por la ley.
En Chile a estos terrenos se les denominan loteos "brujos" o irregulares y, debido al creciente número de casos que se han registrado en los últimos años, las autoridades competentes en la materia periódicamente van entregando recomendaciones a los ciudadanos para evitar que sean afectadas por esta situación.
Antes de detallar algunos consejos a los lectores de diario La Tribuna, cabe definir correctamente qué es un loteo "brujo".
De acuerdo a lo que indica el Ministerio de Bienes Nacionales en su página web y por lo acercado por la seremi de la cartera a este medio, los loteos irregulares o también llamados loteos "brujos" son "subdivisiones de terreno que no cuentan con un permiso provisorio o definitivo de la Municipalidad correspondiente". En otras palabras, "estos terrenos no poseen delimitaciones claras de calles, tampoco acceso a espacios públicos ni a servicios básicos como: alcantarillado, agua potable, luz, entre otros".
Desde la entidad precisaron que los loteos en Chile cumplen con un mínimo de superficie de acuerdo al marco regulatorio vigente.
"Son subdivisiones de hecho fuera de los límites urbanos de una superficie inferior a los 5.000 m², que es la superficie predial mínima exigida por la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC) y el DL 3.516, que establece normas de división de predios rústicos".
Comprar en un loteo irregular podría acarrear una serie de complicaciones para las personas.
El mayor peligro, según apuntaron desde la Seremi de Bienes Nacionales, es que las personas no son reales propietarios de sus terrenos, porque tienen imperfecciones al momento de la compra venta o al heredar.
El caso más general que se da es cuando la gente compra en loteos irregulares o bajo la figura de Comité. Esto, "porque ellos piensan que compran un terreno propiamente tal (una superficie específica), pero finalmente lo que ellos adquieren es una sesión de derechos y acciones", explicaron.
Además, respecto cuando una persona compra derechos y acciones, ésta no es propietaria de una superficie determinada y no tiene rol de propiedad, ya que solamente tiene un porcentaje respecto del terreno.
"Esto hace que cuando quieren postular a distintos subsidios del Serviu o a la instalación de los servicios básicos (agua, electricidad, alcantarillado etc.), las compañías solicitan el título de dominio y el rol de propiedad y, al no tener radicado el dominio, no cuentan con ello".
Ahora, quienes hayan comprado acciones y derechos sin que se le mencione, es un trámite que se puede tipificar como una estafa y debe seguirse el camino legal.
Desde la Seremi de Bienes Nacionales del Biobío recalcaron a diario La Tribuna algunas recomendaciones a tener en cuenta antes de la compra de un terrero.
"Hay que tener cuidado cuando se venden predios de menos de 5 mil metros cuadrados, porque esto es improcedente e ilegal. En el sector rural, la Ley General de Urbanismo y Construcciones, establece que tiene que ser una superficie mínima de 5 mil metros cuadrados. Si a usted le aparece que son 2 mil o 3 mil metros cuadrados, es mejor buscar una asesoría legal", advirtieron.
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