El equipo de prensa diario La Tribuna estuvo en la casa de Jenny Olivares Burgos y su familia, donde se constató cómo el agua entró a su vivienda de la avenida Los Ángeles debido a las intensas lluvias y fuertes ráfagas de viento que azotaron a la región del Biobío el lunes último.
Según el relato de Jenny, el problema se remonta al terremoto del 27 de febrero cuando su casa y la de su madre - que están dentro del mismo terreno - quedaron con afectaciones que hasta el día de hoy no han podido solucionar por falta de recursos y de ayuda de las autoridades.
A lo anterior se sumaron los últimos arreglos en la avenida Los Ángeles, que han ocasionado que el agua entre con mayor facilidad a su vivienda debido al paso de los vehículos por la esquina donde ella y su familia habitan.
"Como estamos en un terreno bajo, pasan los autos por fuera con la calle llena de agua y entra una ola tremenda al terreno que después no tenemos cómo sacar, porque las alcantarillas están tapadas. Nosotras mismas, a pie pelado y con el agua hasta las rodillas, tuvimos que limpiarlas para sacar el agua", indicó.
Hizo presente que "cuando hicieron nuevamente la calle dejaron una pendiente a la entrada de la casa, y por ahí es mucho más fácil que corra el agua hacia adentro. Yo ya me cansé de esperar una solución porque aún no empieza el invierno y ya sé que vamos a seguir inundados".
"Esto si fuera algo natural, asumiría las consecuencias que mi papás hubieran comprado justo donde pasa eso, pero esto no es un fenómeno natural, es una negligencia por una calle mal hecha que hemos reclamado por 14 años, 14 años inundados y todavía no hay respuesta", contó la afectada.
PROBLEMAS DE SALUD
Jenny Olivares aseguró que las mayores afectadas por este problema son su madre y su hermana, quienes viven en la casa colindante a la suya y que están en la parte baja del terreno, donde el agua bordea los 40 centímetros de altura, afectando el mobiliario, el piso, las paredes y los enseres.
"Lo más afectado son las camas, el refrigerador y una estufa a gas. Al final, anda todo flotando y quedan las pérdidas, el piso de la casa que ya está todo podrido y en cualquier momento colapsa porque esta casa ya ha pasado miles de inundaciones, y queda mojada. Una vez intentamos secar con carbón y encontramos a mi hermana desmayada con el dióxido de carbono, y no hay solución", se lamentó la residente.
Por otra parte, esto está afectando también la salud de su madre, la señora Mirta Burgos de 85 años de edad, con patologías crónicas que se agravan con la humedad; y también de su hermana, quien subsiste con su pensión por discapacidad y que ahora debe habitar el lugar, pese a la inundación.
"Acá vivimos seis personas. Estas dos casas son de una familia. A mi mamá la tuve que dejar en la pieza de mi hija, y ella irse a otra parte porque igual nos faltan piezas, pero a mi mamá no la puedo tener con esa humedad. Mi mamá tiene 85 años, una discopatía bilateral y mi hermana tiene esquizofrenia. Ayer me decía ‘me voy a morir este invierno porque ya no me dan más los pulmones", relató Jenny.
NO HAY AYUDA HASTA EL MOMENTO
La afectada aseguró "ya se ha hecho todo en la Municipalidad. Una vez nos vinieron a dejar dos sacos de carbón, un colchón y eso fue todo. Quedan de acercarse pero después no vuelven y hasta ahí queda la ayuda. Somos la única casa afectada la verdad es que no le dan importancia".
Afirmó también que para la inundación de principios de esta semana, ella y su familia solicitaron una bomba para retirar el agua a la empresa de servicios sanitarios, pero nunca llegaron y terminaron sacando el agua por sus propios medios.
"Acá también hay áreas verdes cerca, y deberían ser los encargados de la municipalidad los que deberían andar limpiando las canaletas, no me corresponde a mí estar limpiando lo de los vecinos o lo de toda la cuadra tampoco", expresó Jenny.
Relató además que "lo que más me duele es la falta de empatía de la gente, deben pensar que somos unas indigentes que andan limpiando porque ven a puras mujeres. Ayer andábamos tres mujeres limpiando y los vehículos pasaban por encima tirándonos el agua sin importarles nada. Pasan los vehículos, hacen olas y luego esas mismas ingresan a la casa".
