Este emprendimiento sustentable nació en el 2020 en el sector rural de Ramadilla, en la comuna de Quilleco, en plena época de pandemia. Fue idea de Gisley Cortés y su pareja Alexis Maureira.
Gisley es una emprendedora de 28 años nacida en Tocopilla, que viene de una familia artesana. Por eso, asegura que desde niña le ha gustado vender "cualquier cosa".
Hace memorias de su abuelita, quien era una mujer artesana reconocida en la Región de Antofagasta por su trabajo, pues salía a ferias y hacía muchos talleres.
La abuelita de Gisley recolectaba conchas con los cuales hacía trabajos de artesanía. Ella cuenta que pese a que por motivos laborales de sus padres se fueron a Antofagasta, ella viajaba los fines de semana a estar con su abuelita, ya que eran muy cercanas: "Salía para todos lados con ella", rememora.
Por cosas de la vida, con los años Gisley y su familia se fueron a vivir a Quilleco. Ahí trabajaba en una empresa que prestaba servicios a la minería ya que estudió ingeniería en prevención de riesgos con mención en calidad y medio ambiente. En ese lugar fue donde conoció a Alexis, el amor de su vida y con quien tiempo después inició el emprendimiento de la talabartería.
"Alexis era operador de camión y me raptó, no sé en qué momento pero me raptó", explica riendo. En sus tiempos libres, él trabajaba creando con madera. Cuando se conocieron se dieron cuenta que los unía la misma pasión: emprender.
Gisley recuerda que intentó varias ideas. Sin embargo, fue cuando trabajó haciendo stickers, bolsas y accesorios personalizados a las pymes que se dio cuenta de una necesidad latente en la comuna y en la que nadie trabaja: los aperos de cuero.
Durante un tiempo esta pareja se dedicó a fabricar aperos y comercializar productos de huasos que compraban en Los Ángeles. En ese proceso, se percataron de una nueva idea de negocio: "Vimos esa otra necesidad. Las personas no podían financiar un producto nuevo, sino que necesitaban arreglar su producto ya deteriorado por la lluvia o por una comida de ratón. Hasta los mismos perros sacan los cueros porque son muy codiciado".
En mayo, Huaso Acamapao inauguró un nuevo local en Antuco. Este negocio que partió en el quincho de una casa, hoy cuenta con su casa matriz en Quilleco y su primer local en la comuna vecina.
Entre los desafíos que ha enfrentado este emprendimiento, Gisley indica que lo más difícil fue tener el local en un sector rural ya que para subir las ventas tenían que asistir a todas las ferias, salir a rodeos y eventos cercanos. "Uno de los grandes desafíos que nos tocó el año pasado, fue atrevernos a ir a uno de los nacionales más grandes de Chile el Champions que se realiza en Rancagua. Fue una experiencia única", expone.
Talabartería "Huaso Acampao" tiene como sello identitario el campo y sus tradiciones. Esta joven pareja ahora desea seguir creciendo y fomentando la conservación de tradiciones criollas propias del Biobío, por lo que apuntan a ser una marca reconocida a nivel nacional.
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