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Navidad en peligro: Viejo Pascuero está internado desde el viernes en el hospital de Los Ángeles

Abel Reyes, desempleado hace siete meses, quiso aprovechar su frondosa barba blanca y un traje pascuero regalado por su sobrina para oficiar de Viejo Pascuero. Pero solo llevaba un rato en la Plaza Pinto cuando se sintió mal y fue hospitalizado.

En una camilla, con su traje rojo, fue llevado el Viejo Pascuero al hospital., Redes sociales
En una camilla, con su traje rojo, fue llevado el Viejo Pascuero al hospital. / FUENTE: Redes sociales

En un momento dado, se temió lo peor. Una fuerte molestia en el pecho, a la altura del esternón, provocó que el Viejo Pascuero sudara intensamente hasta retorcerse de dolor. Las numerosas personas que transitaban el viernes en la mañana por la Plaza Pinto, en el área sur de la ciudad, se preocuparon de inmediato.

Una de ellas llamó a la ambulancia. Rápidamente llegaron y subieron en una camilla al señor de traje rojo brillante que estaba aún muy afectado, para llevarlo al hospital lo más pronto posible. Hay una foto de él que circula por las redes sociales donde se le observa en una camilla mientras espera atención.

Se temió que fuera un infarto cardiaco. Sometido a varios exámenes, se descartó esa afección. Pero los nuevos exámenes tampoco han dado luces acerca de qué enfermedad tiene complicado al Viejo Pascuero que sigue internado, a la espera información más precisa sobre el mal que le aqueja e iniciar un tratamiento que lo remedie.

La persona detrás del personaje es Abel Humberto Reyes Sánchez (59 años). Durante buena parte de su vida fue camionero, pero hace siete meses que está desempleado.

Llevaba varios con la costumbre de dejarse crecer la barba desde agosto o septiembre en adelante para que se vea alba y frondosa justo en la época de Navidad. Lo más que hizo fue ponerse un gorro rojo con borla roja y aceptar sacarse fotografías, especialmente con los niños que veían en él al señor de las navidades.

Este 2024 todo cambió. La falta de trabajo y el regalo de un traje de Viejo Pascuero (obsequio de su sobrina) provocaron que por fin se armara de valor para oficiar de tal. Y así lo hizo.

El viernes en la mañana, aprovechando que la plaza Pinto es un hervidero de personas que giran en torno a la feria campesina que se viene instalando hace años, Abel Reyes llegó con su traje rojo y su blanca barba. Fue su primer día de trabajo.

Causó sensación. Los niños querían tomarse fotos con él. Los locatarios quisieron tomarse fotos con él. Él mismo explicó que su intención era darse a conocer y así conseguir algunos trabajos desempeñando semejante rol. Mal que mal, los siete meses sin empleo han menguado sus finanzas y esta alternativa parecía lucrativa y divertida.

Pero todo duró hasta que el intenso dolor en el pecho le impidió seguir en pie. El resto de la historia ya fue relatado.

Desde la camilla del hospital de Los Ángeles responde el teléfono para contar su experiencia, confiando en que pronto se sepa qué tiene, pueda tener tratamiento, retorne a su hogar y tenga la opción - de nuevo - de volver a ser el Viejo Pascuero. La Navidad lo necesita.




matomo