A raíz de la irrupción de plataformas de inteligencia artificial (IA), una de las más populares es ChatGPT, ha dado pie a todo tipo de preocupación respecto de un uso irresponsable que, si no es debidamente normado, puede ocasionar profundos trastornos en la sociedad actual. De hecho, científicos e investigadores del mundo han advertido de sus consecuencias si no establecen marcos que regulen su funcionamiento y alcances.
Sin embargo, estos sistemas tienen utilidades enormes que pueden hacer más fácil la vida de las personas. Los modelos de lenguaje como ChatGPT tienen una capacidad impresionante para procesar y analizar grandes volúmenes de información en poco tiempo. Pueden leer, comprender y aprender de una amplia variedad de fuentes, lo que les permite proporcionar respuestas y realizar tareas relacionadas con el lenguaje con mayor eficiencia y precisión.
También pueden acceder a una amplia base de conocimientos y proporcionar información en tiempo real sobre diversos temas, por lo que se convierten en una herramienta valiosa para obtener respuestas a preguntas, obtener datos, encontrar referencias y explorar temas de interés.
Estos sistemas serían ser útiles en la automatización y asistencia de diversas tareas y procesos, ayudando en la redacción de textos, la traducción, la generación de código, la resolución de problemas matemáticos, el análisis de datos y muchas otras tareas que requieren procesamiento del lenguaje natural.
Los sistemas de inteligencia artificial podrían desempeñar un papel en la atención al cliente y el soporte técnico, brindando respuestas rápidas y precisas a preguntas frecuentes, ayudar a los usuarios con problemas comunes y ofrecer orientación en tiempo real.
Todo eso permite proporcionar información relevante y análisis que ayude en la toma de decisiones. Al procesar grandes cantidades de datos y evaluar diferentes escenarios, es factible identificar patrones, tendencias y posibles soluciones.
Plataformas como ChatGPT se basan en técnicas de aprendizaje automático, lo que significa que pueden mejorar con el tiempo. Cuanto más se utilicen y más retroalimentación reciban, más se ajustarán y mejorarán en su rendimiento y precisión.
Las ventajas son significativas pero es importante tener en cuenta los desafíos y riesgos asociados con los sistemas de inteligencia artificial, como el sesgo en los datos, la falta de comprensión contextual profunda y la posible generación de respuestas incorrectas o engañosas. Por lo tanto, es fundamental utilizar estos sistemas de manera responsable y crítica.
La discusión recuerda lo que fue el amplio debate original por el uso de la energía atómica. A partir de lo que fue la devastación y muerte ocasionada por las bombas que cayeron sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, fue necesario fijar de manera precisa los usos y aplicaciones. Si bien hay un puñado de naciones que tiene bombas nucleares para fines estratégico-militares, esa nueva energía ha decantado en un uso responsable y criterioso que ha hecho más fácil la vida de las personas. Sus aplicaciones han sido muy amplias y útiles. Esa misma discusión debe generarse con visión y perspectiva para que la Inteligencia Artificial ayude a la humanidad a ser mejor.