Editorial

Nueva ruta Chillán-Collipulli

Ruta Chillán Collipulli, Fredy Muñoz / La Tribuna
Ruta Chillán Collipulli / FUENTE: Fredy Muñoz / La Tribuna

Cerca del 70% del tramo de la Ruta Cinco Sur denominado Chillán-Collipulli no está en esas ciudades, ni siquiera en esas regiones de Ñuble y la Araucanía, respectivamente. En realidad, buena parte de esa sección de la carretera longitudinal (o Panamericana, como se le conoció en los años 50), atraviesa a provincia de Biobío, específicamente a Cabrero, Los Ángeles y Mulchén. No se trata solo de los mayores centros urbanos del territorio (con una población global que bordea los 300 mil habitantes) sino que también son el punto de conexión para las demás comunas que integran la provincia.

De ahí que la nueva licitación de ese tramo carretero de la Ruta Cinco, que fue adjudicado a la firma china Railway Construction Corporation (CRCC), tenga una importancia capital en el desarrollo de la zona.

Ya sucedió cuando se realizó la primera licitación internacional del tramo, a mediados de los ‘90. Antes, la carretera era extremadamente insegura (había muchos y muy graves accidentes de tránsito, especialmente por las colisiones frontales) además que los tiempos de desplazamiento eran demasiado lentos por la congestión de la vía. La mala calidad de la conectividad por carretera, a nivel nacional, era uno de los nudos para el desarrollo económico, razón por la cual se empujó un ambicioso e inédito programa de concesiones para mejorar el estándar de la Ruta Cinco Sur.

Aunque hubo problemas con la primera empresa adjudicataria (la mexicana Tribasa), finalmente su ejecución y operación quedó en manos de la empresa francesa Dumez-GTM que, después de superar los principales desafíos de ingeniería (como la construcción de más de 60 puentes), entregó los 169 kilómetros entre Chillán y Collipulli, en doble pista, hacia el año 2001. El proyecto consideró conexiones a las rutas aledañas, pasarelas peatonales, caleteras para los caminos vecinales, servicios de grúas para vehículos con problemas mecánicos, entre otros.

En la perspectiva que la concesión expiraba a principios de año, la Dirección General de Concesiones volvió a licitar el tramo, proceso que concluyó con la adjudicación a la firma china.

La empresa presentó la oferta más atractiva, que considera una inversión que bordea los 600 millones de dólares y un plazo de concesión de 360 meses, es decir, a 30 años plazo.

En ese momento, se está en la etapa de su diseño de ingeniería de detalle mientras que el paso siguiente será la ejecución de la obra, la cual debiera iniciarse a fines del 2024. Además del ensanche de la carretera en algunos puntos a seis pistas, una de las principales novedades será la eliminación paulatina de los peajes troncales, los cuales serán reemplazados por pórticos con el sistema free flow o telepeajes, que cobrarán de acuerdo al uso de las vías.

Además, la empresa tiene la obligación de presentar un estudio de impacto ambiental para que la ciudadanía pueda conocer los detalles de la obra y, en el caso que tengas dudas, observaciones e inquietudes, la compañía pueda ofrecer opciones para resolverlas.

El proyecto considera un total de 62 puentes, de los cuales 14 serán reemplazados y los 48 puentes restantes serán rehabilitados por criterios sísmicos. Además, contempla la incorporación de 27 nuevas pasarelas y el reemplazo de 17 pasarelas existentes que contarán con accesibilidad universal.

En suma, se trata que la principal vía estructurante de la provincia de Biobío a la cual se hacía urgente una actualización que estuviera a tono con las mayores exigencias para el transporte y la conectividad vía terrestre.




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