Seguridad Vial para ciclistas

La seguridad vial para ciclistas sigue siendo una deuda pendiente en la provincia de Biobío, como lo demuestran los trágicos hechos que han enlutado a la comunidad en el último periodo. Los casos de Alejandro Nova Camarena y Jaime Tito Aedo Saravia, evidencian la urgente necesidad de tomar medidas concretas para evitar que más vidas se pierdan a causa de conductores irresponsables.

El pasado 25 de diciembre, en medio de las celebraciones de Navidad, Alejandro Nova Camarena, gerente de CMPC Maderas y aficionado al ciclismo, perdió la vida en la ruta Santa Clara, cerca de Los Ángeles, al ser arrollado por un vehículo conducido por una persona en estado de ebriedad. Este suceso conmocionó a toda la comunidad, en especial a los ciclistas locales, quienes decidieron organizarse para exigir justicia.

"Esto no fue un accidente, es un homicidio", declaró Ángelo Castillo, presidente del "Team BBC" y portavoz de la recién formada Agrupación de Ciclistas de Los Ángeles. Los ciclistas, unidos en su dolor y frustración, han presentado un petitorio que incluye medidas como mayor fiscalización, instalación de señalética adecuada y demarcaciones en la ruta de Santa Clara, una vía frecuentada por deportistas, especialmente los fines de semana.

Sin duda, un trágico suceso que nos remonta a cuatro años antes, cuando Jaime Tito Aedo, exdirector de Psicología de la Universidad Santo Tomás, fuera atropellado mientras circulaba en su bicicleta por la Avenida Las Industrias en Los Ángeles. A pesar de llevar luces, casco y chaleco reflectante, un conductor irresponsable lo embistió y huyó, causándole la muerte, sin que hasta ahora se haga justicia.

"Se me agotaron las fuerzas", señaló Victoria Sáez, su viuda, en su última entrevista con La Tribuna, manifestando que "para conseguir justicia en este país hay que insistir constantemente, y si no tienes la fortaleza o el tiempo, simplemente no la obtienes".

Ambos casos no pueden quedar impune, sin embargo, más allá de la justicia penal es la conciencia social la que nos debe instar a comprometernos con un cambio cultural donde el respeto por la vida sea una prioridad.

Conducir con prudencia no es solo un deber, es una responsabilidad que todos compartimos.  Cada ciclista en la carretera es un padre, madre, hijo o amigo que merece regresar a casa sano y salvo.