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Todo comienza en Los Ángeles. Con esa frase resume su sensibilidad por la protección del medioambiente. Carolina Urrutia es una de las creadoras de FreeMet, una empresa de productos de limpieza y cuidado personal, que ha recibido numerosos reconocimientos por su innovación al disminuir la contaminación de las aguas.
"De chica fui scout y pertenecí al grupo Buen Pastor. Creo que gran parte de mi motivación, liderazgo, trabajo en equipo y el sentido del cuidado de la naturaleza, vienen desde ahí. Íbamos a campamentos y me enamoró el tema del agua, tenemos muchos ríos en la zona. Los vemos desde su inicio en la cordillera hasta la desembocadura en Concepción. Seguimos la ruta del río".
Carolina relata desde dónde surge su vocación por la protección de las aguas. Angelina y ex estudiante del Colegio San Rafael Arcángel, se tituló de bióloga marina en Concepción. Aunque le encanta la fauna, decidió dedicarse a la contaminación en los ecosistemas acuáticos. Con el paso de los años migró a la Metropolitana y hoy vive en Isla de Maipo, una de las comunas rurales que existen en esta región. En su casa prepara fórmulas con micropartículas, que luego patentan con su socia para elaborarlas en fábricas especializadas.
Acero, plomo, mercurio, cadmio. Todos metales pesados presentes en las aguas del planeta. Carolina decidió dedicarse a eliminar su impacto y, en eso, conoció a la penquista Andrea Moraga, con quien postuló a un proyecto Corfo hace ya diez años. Andrea con un MBA y Carolina, con una mirada más científica, dieron vida a FreeMet, empresa pionera en la industria de la limpieza: "partimos con esta idea de generar la primera línea de productos biodegradables, hipoalergénicos, veganos y cruelty free en Chile. Desarrollados con unas micropartículas capaces de detoxificar agentes contaminantes como son los metales pesados" explica.
En 2016 empezaron con la comercialización de sus productos. En esa época, principalmente detergentes. Ahora limpiadores, champú, jabones, lavalozas. Partieron distribuyendo en el auto de Andrea y vendiendo a través de redes sociales. Han pasado siete años y, de la pequeña bodega de 15 m2, ahora cuentan con una de mil m2. Y, de la venta por Facebook e Instagram, pasaron a tener 3 vía principales: e-commerce por canales digitales, donde ya cuentan con 55 mil clientes; las góndolas de las grandes cadenas de supermercados, con 300 salas de venta; y 280 tiendas a lo largo del país, 80 de ellas con venta a granel, donde las personas llevan sus propios envases.
Porque el envasado de sus productos es uno de los grandes ejes de este emprendimiento. Reutilizar, retornar y reciclar son esenciales "por ejemplo, la idea es que las cajas se reutilicen al menos cuatro veces. Hasta que ya no den más" detalla riéndose la bióloga marina. Para ello se basan en el ecodiseño: empaques sostenibles, cajas de cartón sin cintas plásticas, con un costo 40% menor respecto a un envasado tradicional y con un tamaño para reutilizarlas en casa como estantes y organizadores.
El modelo de FreeMet se basa en la economía circular. Trabaja con varias empresas en alianza, tanto para la preparación de sus productos, como para potenciar la comercialización. De hecho, ellas no elaboran los productos, sino que se dedican a crear fórmulas que patentan y luego encargan a fábricas externas especialistas en crear artículos de limpieza.
"Al principio éramos un cacho para las fábricas, porque las grandes marcas mandan a hacer en su primera partida mil, diez mil, 50 mil detergentes...y nosotras mandamos a hacer 100. Pero sabíamos que íbamos a crecer así que buscamos una fábrica grande desde un principio. Teníamos tanta fe en este modelo sustentable que lográbamos transmitirla. Y una de estas grandes empresas tiene una mujer como dueña, así es que nos dio la oportunidad y ahora somos unas de las clientas más importantes que tiene" cuenta la angelina.
Una vez que tienen la fórmula creada de un producto, prueban si cumple con las mismas funciones de limpieza que uno tradicional, pero sin sustancias químicas tóxicas y libre de crueldad animal. La fórmula es evaluada en la Universidad de Playa Ancha, quienes certifican que sean biodegradables, y en Brasil, donde miden que sean hipoalergénicos, ya que en Chile aún no existen centros que puedan garantizar esta característica. Luego de eso, las mandan a elaborar a alguna de las tres fábricas con las que trabajan.
Carolina asegura que los precios de los productos son similares a los tradicionales y que, incluso rinden más. Buscan masificar su consumo para aportar a que la sustentabilidad esté al alcance de todas las personas.
"El propósito principal de FreeMet es cuidar el agua desde los hogares y acercar a las personas a la sustentabilidad. El 80% del agua del desagüe con jabones y detergentes llega a los cursos de agua. Es primordial que tengamos la consciencia de cuidarla, por último, haciendo un esfuerzo de comprar productos que no la contaminen" asevera.
Y es tal su convicción sobre la necesidad de cambiar el foco hacia la sustentabilidad, que entre sus proyecciones tienen como desafío seguir creciendo en Chile y, desde aquí, ampliar su mercado al resto del continente "queremos más espacio en el retail, en la góndola donde estamos codo a codo con las grandes marcas. Nos gustaría ser más masivas, porque la sustentabilidad tiene que llegar a todas partes y queremos que todas las personas tengan productos como FreeMet en sus hogares para cuidar el agua. Y no solamente quedarnos en Chile. Queremos, paso a paso, estar en toda Latinoamérica" sostiene.
Carolina explicita que tanto ella como su socia, son hijas de familias trabajadoras, por lo que su emprendimiento no nace desde hogares con altos recursos económicos. Esto mismo las inspira a continuar creciendo con su empresa, con una mirada diferente a la capitalina, una perspectiva que se forma y crece en una región tan diversa como la del Biobío.
Y esta perspectiva diversa es parte de una de las recomendaciones que hace a quienes deciden emprender: trabajar en equipo ojalá con personalidades distintas, que permitan aprender de quienes piensan de otras formas. Está convencida de que allí es donde se generan las mejores oportunidades de crecimiento.
Junto con el trabajo colaborativo, plantea que es vital aplicar una mirada flexible al negocio, siempre pensando en ello como se hace con los hijos "FreeMet es nuestro primer hijo: cuando partimos teníamos problemas chiquititos y ahora que crecimos, tenemos mayores desafíos. Tomémoslo así: siempre hay dificultades, desafíos y oportunidades de mejora. No lo veamos de una manera pesimista. Siempre se puede flexibilizar y esa mentalidad flexible que tenemos las mujeres, hay que demostrarla en los emprendimientos. Es importante buscar apoyo, financiamiento si queremos crecer o queremos lanzar nuevos productos o innovación, hay fondos de Corfo, Sercotec o el FIA" recomienda.
No obstante, recuerda que no siempre es fundamental crecer tanto, "puede ser que queramos mantenernos chiquititas y locales, lo cual también es muy válido. No siempre es necesario crecer exponencialmente. Esto es bueno decirlo, porque FreeMet ha ido creciendo cada año, pero también hay negocios chiquititos que les va súper bien, que ayudan y aportan a la comunidad. Todos ellos suman" precisa.
Por último, aconseja que los emprendimientos tengan un propósito que trascienda el negocio, por ejemplo, que se inserte en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ampliar la mirada y buscar cómo aportar hacia temáticas como lo son la equidad de género, el combate de la pobreza o la protección de los ecosistemas. Plantea que es importante que haya un propósito final que funcione como un pilar fundamental en los emprendimientos.
Correo: [email protected]
Si quieres ser punto de venta puedes escribir a: [email protected]
WhatsApp: + 569 645 90188
Instagram: @freemet_chile
Web: https://freemet.cl/
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