Boteros luchan por recuperar un oficio de antaño: Navegan contra la corriente para evitar su desaparición

La Agrupación de Boteros de Negrete forma parte de la tradición fluvial de la provincia de Biobío. Su presidente, Carlos Bustos Cea, en conversación con diario La Tribuna, realizó un recorrido histórico por la vida de los boteros y evaluó parte de las principales barreras que impiden la mantención del oficio en Negrete y las consideraciones climáticas regionales.

El oficio ancestral de los boteros se enraíza en el pasado remoto, donde a través de sus estructuras flotantes, surcan las aguas de los ríos llevando a cabo actividades fluviales, por ejemplo, en ríos. Muchos de ellos, realizan transporte de pasajeros, meramente por turismo o para practicar la pesca artesanal o deportiva. Carlos Bustos atribuye la desaparición del oficio a dos principales hechos. En primer lugar, las represas construidas en Alto Biobío: "Quienes controlan el agua, determinan los horarios de corte y largue de este recurso. Nosotros como comuna no tenemos esta información, hemos tenido varios accidentes por la misma razón".

PÉRDIDA DE CLIENTELA

Cuenta que practican la pesca deportiva, en embarcaciones menores o botes de madera. En los cuales vienen con los clientes viajando desde distintos sectores. Uno de los tramos es desde Los Boldos hacia Negrete y otro desde Negrete hasta Nacimiento. En este último recorrido, cuentan con otro problema: La contaminación de las aguas. "A la altura de nuestra comuna, empresas madereras depositan residuos tóxicos, ese tramo ya casi no lo estamos haciendo. El cliente que viene y mira el color del agua y decide no cruzar. Como agrupación quedamos a brazos cruzados, llevamos varios años en esto, yo soy de los boteros nuevos, hay gente de hasta 70 años y es una tradición muy antigua".

Hace varios años, cuenta su presidente, que la clientela era muy buena. Todos los botes tenían trabajo toda la semana, hoy en día están realizando cerca de dos viajes semanales. Se han dedicado toda una vida al turismo, "si nos dan la posibilidad de trabajar en una empresa, no tenemos la especialidad. Siempre le hemos tenido cariño a esto" argumentó. Su padre también fue botero y es un trabajo que ha realizado durante toda su vida y cuenta estas falencias en el normal desarrollo de su labor han afectado el presupuesto familiar.

LAS CONSECUENCIAS DE LOS FACTORES MEDIOAMBIENTALES

Asimismo, Carlos Bustos rememoró anécdotas de su trabajo, una de ellas durante la inundación que afectó a la provincia de Biobío en el invierno del año 2006. "Murieron 17 personas en Negrete, y nosotros como agrupación colaboramos con la municipalidad para rescatar a los pobladores. Cada vez que observamos los registros de agua de nuestra región debemos considerar también los de la novena. El río Biobío nace desde allá, cuando miramos la cantidad de milímetros de agua que caen, debemos también hacerlo desde la novena región. Ese fue el principal error aquel año" recalcó. Aquel evento climático se llevó parte de las herramientas de trabajo de los boteros: Sus embarcaciones. "En esos años quedamos más con los brazos cruzados que ahora, nadie nunca respondió por nada. A diferencia de la pérdida de inmuebles o ganado, que eso sí fue devuelto".

SUPLIR NECESIDADES

Una de las principales preocupaciones para Bustos es educar a sus hijos. Los gastos de transporte, en el caso de quienes asisten a la universidad son altos: "Yo no pude educarme, porque vivíamos en una situación muy vulnerable". "Hemos trabajado honradamente para cubrir nuestras necesidades, nuestra comuna crece y hay que seguir luchando. Para que nuestros hijos puedan estudiar, ya que nosotros no tuvimos la posibilidad" expresó el presidente de la Agrupación de Boteros de Negrete.