Medio Ambiente

El pitao: La historia del árbol tímido y cómo un corredor biológico busca salvarlo de su extinción

La iniciativa es parte del programa de CMPC cuyo objetivo es favorecer las zonas impactadas por los incendios, además de impulsar la conservación y recuperación de distintas especies, como la del Pitao (Pitavia punctata), que le da el nombre.

Plantación de especies nativas en el corredor biológico., Cedida
Plantación de especies nativas en el corredor biológico. / FUENTE: Cedida

El pitao es un árbol tímido. Nunca será ni el más alto ni el que tenga el tronco más grueso ni el follaje más frondoso. En etapa adulta, no supera los 15 metros, siempre al alero de árboles nativos de mayor envergadura como robles y coigües.

Esa "timidez" ha sido un problema mayúscula: El pitao o canelillo está al borde de la extinción. De hecho, es una de las 14 especies en Chile que está en esa categoría de riesgo máximo, lo que significa que cualquier labor de preservación tiene prioridad.

Se trata de una especie endémica del país, es decir, solo está presente entre las Regiones del Maule y la Araucanía, aunque mayormente en la del Biobío. En ninguna otra parte del mundo existe esa especie arbórea de una flor de singular belleza y cuyas hojas son usadas para fines medicinales. Es tan singular el pitao que tiene la característica de monumento natural hace casi 30 años.

Por eso es tan importante el esfuerzo realizado en el programa CMPC Reconstruye Restaura, una de cuyas principales acciones es la creación de corredores biológicos y de biodiversidad, los cuales permiten a las especies nativas adecuarse a los cambios en el entorno y perpetuarse en el tiempo en medio de la actividad humana, el fragmento del uso de la tierra y, por cierto, el cambio climático.

Dicho corredor biológico está siendo habitado en la zona de Nacimiento, en plena Cordillera de Nahuelbuta, que el verano pasado vivió una de sus peores tragedias con la destrucción de miles y miles de hectáreas de plantaciones forestales y de bosques nativos.

Solo en la zona entre Nacimiento y Santa Juana ardieron unas 200 mil hectáreas, lo que lo convierte en segundo peor incendio en la historia del país.

Los daños generados por el fuego llevaron a CMPC a elaborar un plan de mitigación y restauración que considera diques y disipadores de contención, el incremento de las zonas de protección de manantiales y cursos de agua, y el aumento de los cortafuegos y quiebres de continuidad en las plantaciones.

Pero lo más llamativo es el corredor biológico cuya extensión es de 140 kilómetros de largo por un ancho promedio de 100 metros que se emplaza en zonas afectadas por los incendios entre las provincias de Biobío y Malleco.

Las hectáreas intervenidas en dicho son 818 hectáreas, de las cuales 350 eran antes destinadas a plantaciones de pino o eucaliptus pero que serán reconvertidas en bosque nativo. La idea es que en ese espacio se generen las condiciones para que reaparezca la flora y fauna autóctona, la cual debiera asentarse desde el 2030 en adelante.

Como parte de la restauración de cobertura vegetal en esas zonas, se plantaron canelos, peumos, lingues y avellanos, además de nuestro tímido árbol nacional, el pitao, cuyas semillas fueron almacenadas hace un par de años y que ahora tienen un valor inconmensurable a la hora propiciar su recuperación.

El corredor biológico y las acciones de mitigación para futuras emergencias por incendios forestales, fueron presentados a la comunidad nacimentana, encabezados por el alcalde Carlos Toloza y dirigentes vecinales de las zonas urbanas y rurales.

El gerente de Asuntos Corporativos Bosques de CMPC, Ignacio Lira, presentó los detalles del plan CMPC Reconstruye Restaura. Luego, Jean Pierre Lasserre, gerente de Tecnología y Planificación de CMPC, se refirió a la importancia de los corredores biológicos para la biodiversidad.

"Los corredores, al permitir el movimiento de especies, lo que hacen es aumentar la dispersión, por ejemplo, los mismos roedores trasladan semillas de diferentes especies y, por lo tanto, lo que hacen es aumentar la biodiversidad. Los paisajes mientras más diversos son, también son más resilientes y, ante un incendio, si tenemos este tipo de corredores, lo que vamos a hacer es mejorar el control y aumentar la prevención de los incendios al tener diferentes estratos o paisajes forestales", explicó Jean Lasserre.

El alcalde Carlos Toloza hizo ver que aunque el corredor se consolidará al 2030, "entendemos que no podemos construir un corredor de 140 kilómetros en un año, ni en dos ni en tres, es un trabajo a largo plazo, que va a beneficiar a las personas, a nuestros hijos, a nuestros nietos y a las generaciones que vendrán".

Margarita Novoa, presidenta de la junta de vecinos del sector rural de Choroico, comentó, por su parte, que "vamos a recuperar lo verde, lo que se quemó. Anda el pudú y el zorro, hoy se ve medio triste, pero se va a recuperar.  Se va a llenar de arbolitos más nativos, y ahí es donde están los pajaritos, los conejitos, se van a meter ahí debajo, pues ahora está todo muy quemado, quedó todo seco, con esto se va a recuperar mucho la fauna y el ecosistema también que es lo más importante".

"Esta instancia es muy significativa pues es la propia comunidad la que está trabajando por ir recuperado su ecosistema, recuperando el territorio a través de esta jornada de plantación, donde estamos plantando estos Pitao, que es un árbol que es propio de esta zona y que está en riesgo de extinción. Esto será un símbolo de cómo esta zona se levanta de la tragedia que tuvimos durante la temporada de incendios", señaló, por último, Ignacio Lira.




matomo