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Más de tres millones de personas continúan sin acceso a electricidad, luego de que el ciclón azotara la región entre la noche del miércoles y la mañana del jueves, causando graves estragos en diversas zonas del sureste de Estados Unidos.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, destacó que las tareas de rescate avanzan rápidamente, con equipos especializados y la Guardia Nacional logró salvar a 999 personas y a más de 100 animales. En total, hay 1.600 rescatistas en el terreno, distribuidos en 23 equipos de búsqueda, mientras que diez unidades especializadas en aguas rápidas también colaboran en las labores de emergencia. Además, se espera la llegada de otros 2.500 efectivos de la Guardia Nacional de otros estados para reforzar las operaciones.
De acuerdo con el Departamento de Policía de Florida, las víctimas se encuentran repartidas entre distintos condados, siendo Saint Lucie el más afectado, con seis fallecidos. Los otros decesos ocurrieron en Volusia, con tres, y en los condados de Pinellas, Hillsborough, Citrus, Polk, Sarasota y Orange, con una víctima en cada uno. Este fenómeno nunca antes visto, tocó tierra en Siesta Key, ocasionando severos daños materiales y extendiéndose hacia otras áreas del estado.
En esta misma línea, el presidente Joe Biden se refirió a la magnitud de los destrozos, asegurando que la recuperación "será larga" y que se requerirán miles de millones de dólares para reconstruir las zonas más afectadas.
Con el paso del huracán fuera del territorio estadounidense, el Centro Nacional de Huracanes levantó todas las alertas meteorológicas vinculadas a este fenómeno.
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